7 días de cine
Hollywoodland: La muerte de Super Man

<p><strong>7 días de cine<br/></strong>Hollywoodland: La muerte de Super Man</p>

POR ARTURO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
Dos películas producidas en Hollywood en el año recién concluido versan sobre tragedias ocurridas en la Meca del Cine durante su era gloriosa. Una de ellas nos cuenta lo acontecido con «La dalia negra», «starlette» que nunca llegó a hacer gran cosa, aparte de un porno, para el celuloide.

Su nombre era Elizabeth Short y su cuerpo desmembrado, desnudo, desfigurado y torturado fue encontrado en un terreno baldío por una madre y su hijita que, inicialmente, le confundieron con un maniquí. Eso aconteció a 7:30 de una mañana soleada, el 15 de enero de 1947. El lunes pasado se cumplieron exactamente sesenta años de aquel horripilante suceso que hasta el día de hoy no ha sido aclarado.

Basándose en la novela de James Ellroy, cuya madre también fue asesinada por desconocidos cuando el autor contaba con once años de edad, Brian De Palma ha realizado una película absolutamente fallida, aunque con alguna que otra secuencia brillante en cuanto a su resolución técnica.

La otra película, que es la que ahora nos ocupa, se titula «Hollywoodland» y también versa acerca de un extraño suceso, de una de esas tragedias que acontecieron en  el mundo del cine, allá en Los Angeles, y que tampoco se ha resuelto nunca. Sucedió cuando «El hombre de acero», el «Superman» de los cincuenta, el que tanto gustaba al emperador Hirohito de Japón, que llegó a escribirle una carta declarándose fan de su serie televisiva, cometió suicidio el 16 de junio de 1959. Escribimos que cometió suicidio, pero no podemos asegurarlo, ya que las circunstancias en las que sucedió esta muerte fueron verdaderamente insólitas.

Por eso, la película «Hollywoodland» nos habla de un detective, Adrian Brody, que está investigando lo que de veras sucedió con George Reeves, algo que, probablemente, al igual que lo acontecido con «La dalia negra», no se sabrá nunca.

Ambos casos los conocíamos porque, entre otras cosas, habíamos leído los dos primeros volúmenes escritos por Kenneth Angers con el título de «Hollywood Babylon» y allí se nos habla de estos escándalos y de muchos otros que sacudieron los cimientos de los estudios.

«La dalia negra» no fue famosa en vida. Se la llamaba así según algunos, porque solía vestir de negro y tenía una lustrosa cabellera color azabache. Según otros, el sobrenombre le venía porque, en aquel entonces estaba muy de moda la película del mismo título protagonizada por Alan Ladd y Verónica Lake.

Sea como fuera, su horripilante muerte la llevó a la posteridad.

George Reeves tampoco fue, ni mucho menos, una superestrella. Aún así todo el mundo le ha visto, al menos una vez, en las pantallas. Esto se debe a que caracterizó a uno de los mellizos Tarlenton, a Brent precisamente, en «Lo que el viento se llevó».

Algunos de ustedes se preguntarán quienes eran esos mellizos en la película.

La respuesta es muy fácil, ya que pelirrojos ellos, aparecen en la secuencia inicial del clásico, enamorando a Scarlett O’ Hara, a Vivien Leigh en la marquesina de Tara, la legendaria mansión de la protagonista. Luego, George estuvo en unas cuantas películas más y hay que reconocer que, algunas de ellas fueron verdaderamente famosas como «Rancho Notorius», donde estaba Marlene Dietrich y dirigía Fritz Lang y «Sansón y Dalila» de Cecil B. De Mille, donde hacía el papel de mensajero herido. Además le pudimos ver en «Jungla Jim» y en la versión de «Sangre y arena», con Tyrone Power y Rita Hayworth. Aquellos eran, sin embargo, papeles secundarios.

Fue la televisión, aquella en blanco y negro y de escasa definición, la que le otorgó la popularidad cuando dada su musculatura, se le escogió para caracterizar al superhéroe del planeta Krypton. Su novia Lenore, culpó precisamente a Superman de la muerte de su prometido declarando que el hombre de acero había dominado de tal manera la vida del actor, identificándose tanto con el rol que le había sido imposible conseguir otros papeles.

Llamadas anónimas en los días precedentes a la muerte, sospechas acerca de la heredera del testamento, supuestas premoniciones y muchas cosas más, rodearon a este presunto suicidio de un halo de misterio que rodeó a aquel presunto suicidio.

Parecería como si Superman arrastrara una maldición que continuó con Christopher Reeve, de apellido casi idéntico, inutilizado a consecuencia de una caída de caballo y cuya viuda fallecería muy poco tiempo después que él. Pero esa es otra historia y ahora no tenemos espacio para contarla.

Mientras tanto vean «Hollywoodland» que, otro gran misterio, otra gran sorpresa, le valió a Ben Affleck el premio al mejor actor del festival de Venecia y una nominación para el Globo de Oro.

HOLLYWOODLAND

(Título original: Hollywoodland, Dir: Allen Coulter, Int: Adrian Brody, Ben Affleck, Diane Lane, Bob Hoskins, Lois Smith, Molly Parker)

Sean Connery pudo salirse del encasillamiento que suponía el rol de James Bond.

Durante una temporada estuvo a punto de enloquecer y tuvo que visitar varios centros psiquiátricos.

George Reeves no tuvo la misma suerte.

Había trabajado en muchas películas y series de televisión, pero la popularidad le llegó con un Superman que odiaba. No pudo librarse de él y eso le ocasionó la muerte.

La policía afirmó que se trataba de un suicidio, pero las cosas nunca quedaron demasiado claras.

«Hollywoodland» nos presenta una investigación y varias hipótesis. Escojan ustedes la que gusten. Lo importante es que se trata de una estupenda película muy bien actuada por Adrian Brody y Diane Lane y con un Ben Affleck que reivindica todos los errores del pasado y convence en un ciento por ciento caracterizando al malogrado actor.

Muy bien editada, con un guión sólido y una acertada ambientación, el film es recomendable sobre todo para aquellas personas que aman el cine del pasado y se interesan por su historia.

Calificación: 5 (Excelente)

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