7 días de cince
El cine en brazos de la mujer madura

<STRONG>7 días de cince<BR></STRONG>El cine en brazos de la mujer madura

Habría que analizar hasta que punto el cine dominicano depende de su calidad o de la forma en la que se mercadea y publicita. Nos parece maravilloso que el país se llene de carteles, banderolas, afiches y demás recomendando las virtudes de tal o cuál film.

También, sin embargo, lamentamos el desamparo en el que se ven sumidas muchas otras películas nuestras que no cuentan con ese apoyo y que son dignas de mejor suerte (“El sistema”, “Círculo vicioso”, “Cristiano de la secreta”, “Enigma”, “Espejismo” etc).

Gracias a la incorporación de República Dominicana en Ibermedia se podrán solicitar ayudas no sólo para la realización de películas, sino también para programas de formación orientados a profesionales de la industria audiovisual  para las ventas internacionales y para la distribución y promoción de nuestros filmes. Mientras esto sucede, “Mi novia está de madre” se estrena con todas las de la ley y nos alegramos de su éxito, porque esto motiva nuevamente a los productores a invertir en la industria del celuloide. El tema del joven enamorado de la mujer madura no es nada nuevo ni en cine ni en literatura, ni en drama ni en comedia. Siempre ha estado ahí y siempre estará, porque es algo que se repite día tras día y que ya nos lo contaron los griegos cuando Fedra e Hipólito, madrastra e hijastro, sostuvieron relaciones a espaldas de Thanos. Jules Dassin actualizó en 1962 la inmortal tragedia griega contando con Melina Mercouri, Anthony Perkins y Raff Vallone para los roles estelares.

Desde que rodara “Psicosis” para Hitchcock, Anthony Perkins se había encasillado en roles de joven tímido con problemas sexuales.

Si en “Deseo bajo los olmos” ya se había enamorado de la mujer de su padre (que era Sophia Loren), después del asunto de “Fedra” (titulada entre nosotros “Mujer de dos lechos”) volvería a reincidir con las mujeres maduras al obsesionarse por la Ingrid Bergman de “No me digas adiós” que se basaba en la novela de la entonces famosa Francoise Sagan.

Este tipo de situaciones escabrosas y comprometidas, donde las diferencias de edades y las situaciones familiares primaban, fue muy popular en aquel entonces cuando Roger Vadim actualizaba “Les liasons dangereuses” y cuando Annie Girardot era capaz de enamorarse de uno de sus alumnos en “Morir de amor”, situación que iba a repetir la Nicole Kidman, también basándose en una historia extraída de la vida real, en “ To die for”.

Pero la Kidman, años después iría todavía más lejos al pensar que un niño era la reencarnación de su marido muerto.

Eso sucedía en una insólita cinta de escasa acogida comercial que se tituló “Birth” y que causó cierto ligero escándalo en los festivales en los que fue presentada.

Digamos, sin embargo, que la cinta, por excelencia en explorar la atracción que puede sentir un adolescente hacia una mujer madura, fue la que se titulaba precisamente: “En brazos de la mujer madura” y que se basaba en la novela de Stephen Vizinczey.

Dos versiones se han hecho de esta historia. La primera de ellas fue llevada al cine en 1978 cuando Tom Berenguer era un atractivo joven que enamoraba a Karen Black, a Susan Strasberg, a Helen Shiver, a Alexandra Stewart y a todas las mujeres pasaditas en años que le pasaran por el lado. La segunda versión data de 1997 y es una producción española dirigida por Manuel Lombardero, que tuvo muchísimos inconvenientes legales,  ya que al parecer existía un contrato que impedía que la misma pudiera ser exhibida en los Estados Unidos por contar en su reparto con nombres como los de Joanna Pacula y Faye Dunaway.

Se ambientaba durante la guerra civil española y su protagonista era Juan Diego Botto.

En el cine español estas situaciones de jóvenes con mujeres maduras se ha producido infinidad de veces. Pensemos, por ejemplo, en “Amantes”, de Vicente Aranda donde Jorge Sanz compartía cama con Victoria Abril y si nos vamos al cine italiano allí tendremos hasta a esos niños de Fellini obsesionados por la magnitud de los senos y las caderas de “La sarracena” y otros ejemplares extraídos de los recuerdos del propio autor.

No podemos pasar por alto a las trágicas heroínas de Tennesse Williams. Sin olvidar a Blanche ni a Alma ni a muchas otras, nos centraremos en la Alexandra de “Dulce pájaro de juventud” y en la Ms. Stone de la “Primavera romana”.

En “Dulce pájaro de juventud”, una veterana actriz de Hollywood, caracterizada por Geraldine Page, tenía que pagar por los favores sexuales de Paul Newman.

En “La primavera romana de la señora Stone”, Vivien Leigh, ahora actriz teatral, marchaba a Italia y en Roma alquilaba un apartamento frente a la Plaza España infectada de gigolos.

Su relación comprada con Warren Beatty iba a terminar muy mal.

Más adelante y para la televisión, la recién ganadora del Oscar, Helen Mirren, repetiría el papel.

Hoy por hoy cuando las diferencias de edades han tomado otro giro, las cosas se toman por el lado cómico como sucede en “Algo tiene que ceder”, donde Keanu Reeves prefiere a Diane Keaton a la juventud de su novia y donde Roberto Angel enamora a la Manterola que, según se anuncia, está de madre.

La película se estrena esta semana y está a su disposición en todas las salas del país.

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