7 Días de Cine
“Harry  Potter” y la secuencia de la magia

<STRONG>7 Días de Cine<BR></STRONG>“Harry  Potter” y la secuencia de la magia

De pequeños nos encantaba el cine que recurría a la magia. Bueno, en realidad el cine de por sí era pura magia, pero  dentro de esa magia existía otra, tanto mejor.

Nuestra maga o bruja,  como se le quisiera llamar, preferida de la infancia, fue Kim Novak en “Sortilegio de amor”, aquel “remake” de “Bell, book and candle” que originalmente había protagonizado Verónica Lake. Kim no era una buena actriz, pero en aquella segunda mitad de los años cincuenta, protagonizaba algunas de las películas más taquilleras y aparecía bellísima en “Melodía inmortal”, “Vértigo” o “Picnic”.

Claro que también teníamos al genio de Aladino capaz de salir de la lámpara maravillosa para conceder tres deseos al protagonista y a todas las brujas y hadas de las cintas de Disney,  ya se llamaran “Blanca nieves y los siete enanitos” o “La bella durmiente”.

Entender las diferencias entre bruja, maga, hada o genio no resultaba demasiado fácil.

Tampoco lo resulta ahora.

Digamos que un brujo es malo y un mago es bueno.

No…Tampoco es así.

Pero no nos compliquemos mucho y sigamos adelante.

La magia estaba en las películas bíblicas como “Los diez mandamientos”, aunque por escribir esto pudieran mandarnos a la hoguera cualquier miembro de la inquisición.

Moisés funcionaba, para nosotros, como eso, como una especie de mago o genio, capaz de con el poder de su cayado, dividir en dos al Mar Rojo para que el pueblo elegido y bendito pudiera transitar libremente, mientras Ramsés y todos los egipcios malísimos se hundían en aquellas aguas con carruajes y caballos.

Este mismo Moisés convertía el cayado en serpientes y era capaz de mandar cualquier tipo de plagas sobre sus enemigos.

Claro que Moisés actuaba por mandato de Dios, aunque todo eso lo dudemos un poco.

Otro mago que nos gustaba en aquellos años era Mickey.

Pero Mickey más bien era un brujo, ya que la música que le acompañaba en “Fantasía”, nos mencionaba a un “Aprendiz de brujo” bastante torpe, que trataba de que las escobas cobraran vida y subieran y bajaran escaleras y peldaños transportando cubetas y cubetas de agua. Confesamos que, siendo niños, ese era el único episodio que nos gustaba de “Fantasía”, porque  lo demás nos resultaba aburrido y muy poco relacionado con el mundo infantil.

Otro mago que nos caía de lo más bien, y que ha sido el más famoso de todos, era Merlín, porque aparecía en todas las películas sobre el rey Arturo y sabía muchas cosas acerca de quien iba a ser el elegido para sacar a la espada Excalibur de la piedra para convertirse en el próximo soberano.

Y después nos llegaron las series televisivas de “Embrujada” y “Mi bella genio”.

La inolvidable Elizabeth Montgomery nos hizo pasar muy buenos ratos, superando con creces a la Bárbara Eden.

Años después, Nicole Kidman fracasó estrepitosamente al intentar emularla para la pantalla grande.

Ya no era lo mismo, aunque Nicole tuviera un Oscar, aunque hubiese practicado con la magia en aquella, también olvidada, cinta sobre brujería en plan comedia que fuera “Practical magic”,  donde también estaban Dianne Wiest y Stockard Channing.

A pesar de todos estos precedentes cinematográficos y de muchísimos más que se nos quedan fuera por falta de espacio, nadie podía prever el enorme éxito literario y cinematográfico que supuso la aparición de Harry Potter.

De siete libros y siete cintas previstos tenemos ahora la quinta entrega en imágenes con el atractivo de que todas ellas han tenido el mismo reparto con la excepción de ese Richard Harris que falleciera hace unos años. Nos gustan los personajes y nos gusta la serie, aunque como es lógico, se empiecen a sentir los síntomas del desgaste. Pero aún faltan dos…

HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FENIX

(Título original: Harry Potter and the order of the Phoenix, Dir: David Yates, int: Daniel Radcliffe, Harry Melling, Emma Watson, Jason Boyd, Rupert Grint, Fiona Shaw, Ralph Fiennes, Gary Oldman, Maggie Smith, Imelda Stauton, Emma Thompson, Helena Bonham-Carter)

Creemos que el principal atractivo de la serie de Harry Potter en su versión cinematográfica tiene mucho que ver con el hecho de que estas aventuras comenzaron cuando sus protagonistas eran niños y a que nosotros, como espectadores, les hemos ido acompañando en su crecimiento.

Si nos fijamos en la edad promedio de los espectadores de la sala, notaremos que no rebasa la adolescencia.

Ellos son los verdaderos fanáticos de los alumnos de Hogwick, porque se han ido desarrollando al unísono.

Aún así hay que reconocer que, en su quinta entrega, este capítulo, dirigido por David Yates, ya empieza a dar síntomas de agotamiento y que resulta repetitivo, reiterativo, monótono y alargado más de lo necesario.

Aún así continúa teniendo una dirección artística de primera y un elenco de simpáticos jóvenes arropados por toda la realeza cinematográfica de la Gran Bretaña.

Faltan aún dos capítulos

Los productores deben de tener mucho cuidado para que sean emocionantes y divertidos, para que no “se llueva sobre mojado”, para que, al final, se obtenga un auténtico climax.

Calificación: 3 (Aceptable)

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