7 días de cine 

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King Kong La fiebre del mono
Pensábamos que el gigantesco simio, encontrado en la Isla de la Calavera y llevado a Nueva York para ser exhibido como objeto de feria no iba a encontrar competencia alguna en las carteleras y que los distribuidores no se arriesgarían en colocarle otra película de estreno al frente.

Sin embargo, estamos en temporada navideña, hay dinero en la calle y hay mucho público que desea ir al cine más de una vez.

King Kong tiene un inconveniente derivado de su excesiva duración. Sus tres horas y siete minutos impiden una cómoda programación y el horario de las salas se ve afectado al no poder tener las tandas acostumbradas.

Jackson, su director, gusta de los metrajes muy largos y no hay más que pensar en su saga de “El señor de los anillos” para percatarse de ello.

Los estudios le dieron luz verde y absoluta libertad con el presupuesto, algo que es de verdad insólito dentro de la industria.

De ahí que el realizador decidiera, a última hora, no aligerar el metraje previsto de ciento cincuenta minutos, sino aumentarle media hora más para desesperación de los exhibidores.

Pues bien… Las películas que se han atrevido a enfrentarse al mono son “Los rompebodas” (The wedding crashers) y “Más barato por docena 2” (Cheaper by dozen 2).

“Los rompebodas” ha funcionado muy bien en el extranjero y puede hacerlo aquí, pues en esta época las comedias no vienen nada mal.

No estamos tan seguros de lo que pueda suceder con la comedia de Steve Martin quien, en muchas ocasiones, ha desperdiciado su talento al servicio de auténticas tonterías.

El retraso en estrenarse a nivel mundial su “remake” de “La pantera rosa” es buena prueba de esto.

Confesamos que, en el momento de escribir estas líneas, sólo hemos podido ver “King Kong”. Imposible resultaba salir de una tanda para meterse en otra al no coincidir los horarios.

La culpa es del mono.

KING KONG

Título original: King Kong;
D: Peter Jackson;
I:Naomi Watts-Adrien Brody-Jack Black-Colin Hanks-Jamie Bell-Andy Serkis-Thomas-Kretschmann-John Sumner
Cuando Jackson contaba apenas con nueve años y vivía en un remoto lugar de Nueva Zelanda, soñaba con hacer una película sobre King Kong. Una noche habían pasado por televisión la versión original y el niño se quedó absolutamente fascinado porque allí, en aquella historia, estaban todos los elementos que desataban su imaginación.

Sus padres poseían una cámara de super 8 y con esa camarita el aspirante a realizador empezó a hacer su película.

El mono, los dinosaurios y los demás monstruos estaban hechos de barro y arcilla.

Lástima que el proyecto no pudiera finalizarse pero, la idea de hacerlo, se quedó para siempre en la mente de Peter.

Muchos años después, cuando ya era un profesional, estuvo a punto de rodar su “remake” para la Universal, pero los estudios dieron marcha atrás pensando en que sería un fracaso después del estreno de “Godzilla” y de la nueva versión de “Mighty Joe Young”.

El gran éxito de la trilogía de “El señor de los anillos” cambió por completo las cosas.

Jackson afirma que el clásico del 1933 es su película favorita y que la ha visto docenas de veces.

Justifica la necesidad de su versión por los adelantos tan asombrosos que ha experimentado la técnica y los efectos especiales.

Desde ese punto de vista estamos de acuerdo, aunque sabemos que hay cosas que están muy por encima de efectos y técnica. La versión del 33 tenía una ingenuidad irrepetible y, por encima de todas las cosas, era directa, original y llegaba al corazón del espectador que veía por vez primera en la pantalla a un monstruo de aquellas dimensiones, enamorándose irremediablemente de la protagonista, de esa Fay Wray que caracterizaba a Ann Darrow y que hubiera participado brevemente en el filme de Jackson si la muerte no la hubiera sorprendido en los momentos de iniciarse la producción.

Todos sabemos que sobre King Kong se han hecho secuelas y “remakes”.

Todos sabemos también que la versión de los setenta, protagonizada por Jessica Lange y producida por Dino de Laurentis fue un auténtico fiasco.

Ahora bien… ¿Qué pasa con la película de Jackson?

Se trata de un filme hecho con gran talento y dedicación.

El director, acertadamente, ha dejado que la historia se siga desarrollando en la época de la depresión norteamericana, lo que justifica muchísimas cosas y nos ofrece unos primeros minutos impagables.

La ambientación de época es colosal, las actuaciones acertadas y los efectos realmente alucinantes.

Ahora bien… Hay ocasiones en los que el metraje pesa y en los que una serie de secuencias se alargan innecesariamente.

El director se deja llevar por el gusto, se regodea en su pericia y el ritmo se resiente.Una serie de diálogos nos remiten a la más pura cinefilia.

El mejor de todos alude al hecho de que no se pudo contratar a Fay Wray, porque estaba rodando una película con Merian Cooper.

La película, en cuestión, dada la época, no era otra que el “King Kong” original.

Visualmente impresionante, esta nueva versión del mito de la Bella y la Bestia, merece ser vista y aplaudida pero, aún así, nos seguimos quedando con aquella vieja cinta de rústicos efectos que tiene la particularidad de emocionarnos y conmovernos setenta y tantos años después de su rodaje.

Calificación: 4 (Muy buena)

Entre besos y balas

Título original: Kiss kiss bang bang;
D:Shane Black;I:Robert Downey Jr-Val Kilmer-Michelle Monaghan-Corbin Bernsen)
A veces los actores se convierten en directores. Otras veces son los directores de fotografía los que dan el salto o los propios guionistas que se cansan de ser discriminados.
Al fin y al cabo, las historias que aparecen en la pantalla, les pertenecen y todo el mérito se lo lleva el director.
Ser director y guionista es una combinación ideal.
Shane Black, responsable, entre otras cosas, de los libretos de “Arma mortal” se decide ahora a dirigir lo que ha escrito y el resultado es absolutamente delirante.
Su filme es un guiño de ojo dedicado a aquellos espectadores que gozan de verdad con el cine, que comprenden la doble lectura que puede tener una película y que se apartan de los convencionalismos.
Digamos que es también una especie de venganza.
Llegó la hora de ser libres y de no escribir para otros dentro de ciertos parámetros impuestos por la industria de Hollywood.
Así, “Kiss kiss bang bang” funciona como un experimento para un público selecto que, con el tiempo, puede convertir a esta insólita cinta en algo objeto de culto.
Atraparla no será fácil. Búsquela con rapidez en cartelera. Debe de estar en una sala, en una sola, vacía y solitaria sala.
Disfrutará con el hallazgo.

Calificación: 4(muy buena)

Pollito loquito

(Título original:Chicken little;
D:Mark Dindal)
La Disney sin Pixar no es la misma cosa.
Los de Pixar, fuera del gran estudio, han demostrado su talento, ingenio y buen hacer.
Los de Disney se lanzan con “Pollito loquito” y el resultado es patético.
No queremos, sin embargo, defraudar del todo a las mamás que pensaban llevar este fin de semana a sus hijitos para disfrutar de esta película.
Si ellos son pequeños, muy pequeños, puede que se diviertan pero, en estos tiempos en los que la animación gusta a los espectadores de todas las edades, “Chicken Little” no deja de decepcionarnos.
Su historia marcha a trompicones, carece de originalidad y es ñoña, absolutamente ñoña.
No trate usted de justificar diciendo que es un filme para los menores.
Los menores también tienen derecho al buen gusto.

Calificación: 2 (Aceptable)

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