7 días de cine
ANTIBELICISMO Y PETRÓLEO CON OLOR A OSCAR

7 días de cine <BR><STRONG>ANTIBELICISMO Y PETRÓLEO CON OLOR A OSCAR</STRONG>

ANTIBELICISMO
Ya en los albores del premio Oscar, cuando era mucho más serio que ahora, se premió una película que nos hablaba de los horrores de la guerra, de esos muchachos que eran reclutados para morir en las trincheras y en el campo de batalla sin comprender el porqué tenían que estar combatiendo.

Aquella película, cuyo guión se basaba en una novela del reputado Erich María Remarque llevaba como título “Sin novedad en el frente” (All quiet on the western front), la dirigía Lewis Milestone y fue objeto de un “remake” en el setenta y nueve que, bajo la dirección de Delbert Mann, no consiguió igualar al original.

Remarque fue un abanderado de la causa antibélica, un  pacifista que siguió exponiendo sus ideas de paz en otras novelas también llevadas a la pantalla como fuera “Tiempo de amar, tiempo de morir”(A time to love and a time to die) de Douglas Sirk, que protagonizaron John Gavin y Liselotte Pulver allá por los finales de los cincuenta.

La Primera Guerra Mundial ha sido considerada como una de las más crueles de la historia y esa crueldad ha quedado manifestada en el cine desde sus albores.

Pudiéramos citar la cinta de Griffith, el mismo autor de “Intolerancia” y “El nacimiento de una nación” que fuera rodada en 1918.

A pesar de ser un filme propagandístico, cuyo fin principal era el de convencer a los Estados Unidos para que entrara en la contienda a defender a Francia e Inglaterra, las imágenes de la cinta nos dejaban ver las enormes consecuencias de este conflicto armado.

Todavía hoy en día, en películas como “A very long engagement” de Jeunet, se toma como punto de partida este acontecimiento que asoló la Europa de principios del siglo XX.

No podemos olvidarnos del gran Stanley Kubrick quien hizo de “Paths of glory”, una de sus obras maestras contándonos un caso ocurrido en esa guerra y cuya visión en la pantalla hizo desatar las iras de la censura en muchos países donde se la consideró antimilitaristas.

Kubrick, a quien le gustaba abordar toda clase de temas y que no se repetía frecuentemente, volvió a la denuncia antibélica muchos años más tarde para denunciar a la guerra del Vietnam y la intervención norteamericana en “Nacido para matar”(Full metal jacket).

La primera parte de ese filme, y con creces la mejor, ha servido de inspiración a muchos otros filmes.

De hecho, viendo esta semana “Soldado anónimo”, cinta de Sam Mendes que nos ha motivado a escribir este artículo, no pudimos menos que pensar en la cinta de Kubrick y, por añadidura en “Tigerland” que conserva las mismas intenciones, aunque se desarrolle en un campo de entrenamiento.

Otro gran director que nos ha dejado un mensaje en contra de la guerra ha sido Robert Altman, quien basándose en una obra teatral realizó la estupenda “Streamers” ambientada durante la guerra del Vietnam.

Y es que Vietnam, al ser una guerra tan irracional e injusta, originó montones de películas en su contra.

Algunas fueron realmente asombrosas aunque, a la cabeza de todas, nosotros colocamos el “Apocalypse now” de Francis Ford Coppola, que no era otra cosa que “En el corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, salvando las distancias temporales e ideológicas.

“El francotirador” (The deer hunter) de Michael Cimino llegó a obtener el Oscar en el renglón de mejor película y “Regreso a casa”(Coming home) de Hal Sabih nos hablaba de esos penosos regresos al hogar cuando no sólo ha quedado mutilado el cuerpo, sino también el alma.

Sería el mismo caso de “Nacido el 4 de julio” de un Oliver Stone, que vivió esa guerra y se ha quedado obsesionado por ella hasta el extremo de recurrir una y otra vez al mismo tema en muchas películas suyas como “Pelotón” y “Heaven and  earth”.

El sentido antibélico puede encontrarse en cintas ambientadas en cualquier época, aunque son menos frecuentes en aquellas que tienen como telón de fondo a la segunda guerra mundial, al ser considerada una guerra justa que perseguía acabar con el nazismo.

Las excepciones son, sin embargo, tan extraordinarias como “El puente” de Wicki, “Juegos prohibidos” de René Clement o “Infierno en el Pacífico” de John Boorman.

Un maestro como John Huston utilizó para su tesis la Edad Media en “Camino con el amor y la muerte”, donde hizo debutar a su hija Angélica.

En su momento el filme fue muy mal recibido por la crítica y el público, pero el mensaje continúa vigente.

“Tigerland” de John Schumacher no sólo es una de las mejores obras de su autor sino que, además nos llega a calar bien hondo y nos reveló a un excelente Colin Farell.

Desde los más lejanos rincones del planeta nos han llegado cintas que nos sacuden la conciencia.

Ahí tenemos a “Kandahar” y aquella aterradora secuencia de piernas y brazos ortopédicos cayendo en paracaídas.

Y de nuestro cerebro no se han podido borrar los rostros de los niños de “Las tortugas pueden volar”.

“Welcome to Sarajevo”, “House of fools”, “Territorio comache”, “Circle of deceit”… y muchísimas otras nos han gritado la necesidad de la concordia, aunque sigamos haciendo la guerra.

Ahora le toca el turno a “Jarhead” de Sam Mendes que, por supuesto, decepcionará a los que buscan tiros, muchos tiros, sangre, mucha sangre y muertos, muchos muertos, pero no como éstos tan dolorosamente patéticos, sino de los otros, de los que hacen saltar de la butaca a los indeseables de siempre.

PETRÓLEO

“La fórmula” fue una película, no demasiado afortunada, que rodó John G. Alvidsen allá por 1980 y que estaba protagonizada por dos grandes como Marlon Brando y George C. Scout.

La idea de que se pudiera obtener gasolina sintética y que este descubrimiento trajera consecuencias impredecibles era más que interesante. Pero no cuajó.

Hoy el problema de los combustibles es mucho más acuciante que entonces y la ambición de los poderosos ha conducido al mundo a una guerra absurda que parece no tener fin.

Los intereses en torno al petróleo es el centro de la trama de “Syriana”, película de Stephen Gaghan donde el espectador tiene que seguir los vericuetos de cuatro historias ambientadas en lugares totalmente diferentes.

Tendremos en esta complicada narración desde espías hasta príncipes árabes y fanáticos extremistas.

Además contaremos con un extraordinario reparto. George Clooney obtuvo el Oscar al mejor secundario por esta actuación y además están allí desde Matt Dillon hasta Christopher Plumier.

Estamos muy lejos de los tiempos en los que James Dean se embarraba de petróleo de pies a cabeza en aquel “Gigante” de Stevens, su última película antes de que el porsche fatal acabara con su vida alos 23 años.

Nada que ver con el “Maracaibo” de Cornel Wilde y con Cornel Wilde ,donde el protagonista y director era un experto bombero que iba a Venezuela a apagar fuegos en los pozos petroleros, de la misma manera que más tarde, aunque sin abandonar su país, lo hacía el John Wayne de “Hellfighters”.

“Syriana” es otra cosa, un filme denuncia que, dado su autor, desde luego, se va en la línea de “Traffic”, pero con oro negro.

SOLDADO ANONIMO

(Título original: Jarhead, Dir:Sam Mendes, Int: Jake Gillenghall, Jaime Foxxx, Chris Cooper, Peter Scargaard)

Basándose en la experiencia real de un soldado que fue a la guerra a defender los intereses norteamericanos en Kuwait y que luego publicara sus memorias que llegaron a convertirse en un “best seller”, Sam Mendes demuestra una vez más que, por muy británico que sea, conoce mejor la mentalidad norteamericana que nadie, tal como lo ha venido demostrando en “American beauty” y en “Camino a la perdición”.

Esta vez puede acusarse al brillante director de retomar un estilo que ya fuera utilizado por otros realizadores en temas similares, dándonos la sensación en ocasiones de un “Deja vu” que, no obstante eso, no deja de ser tremendamente impactante, desgarrante y conmovedor pese a la distancia “ex profeso” que mantiene la cámara con las interioridades de sus protagonistas que, como indica el título hispano, son seres anónimos que una vez retornen a la vida civil, volverán a sus antiguas ocupaciones y dejarán por el momento de ser esas máquinas de destrucción para las que fueron entrenados.

Aléjense de las salas los que tienen a “Rambo” como su héroe.

Este es un cine para reflexionar y no para exacervar a la violencia.

Calificación: 4(Muy buena)

En nuestras próximas columnas abordaremos las críticas de esos otros estrenos que se quedaron fuera de la página por falta de espacio.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas