7 días de cine
Carros, pesadillas y otras cosas en cartel

7 días de cine <BR><STRONG>Carros, pesadillas y otras cosas en cartel</STRONG>

POR ARTURO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
Carros

Eso de los carros que hablan no es nada nuevo en el cine ni muchísimo menos en la animación.

Carros pensantes con poder de decisión los hemos tenido por docenas aunque, cada vez que pensamos en ellos, nuestra mente se va hacia Herbie, el “Cupido motorizado”, el volkswagen que tuvo tanto éxito en los sesenta y que luego, como todo en el celuloide, tuviera su “remake”, mucho menos ingenioso, divertido o afortunado, por supuesto.

No nos olvidamos tampoco de “Christinne” que se basaba en una novela escrita por ese maestro del terror que es Stephen King.

“Christinne” era el nombre de un Plymouth de 1958 que poseía poderes diabólicos y que era capaz de cualquier cosa.

Ese asunto de los automóviles asesinos parece que ha rondado muchas veces por la mente de King, ya que cuando se decidió a incursionar en el mundo de la televisión, algo que desde luego enturbió su carrera, lo hizo con una historia bastante similar que se llamaba “Maximun overdrive” y que la protagonizara Emilio Estévez.

Allí hasta los camiones parecían cobrar vida y destruirlo todo, aunque ninguno de estos vehículos lograra despertar en el espectador el temor y la ansiedad de aquel que perseguía al protagonista de la película de Spielberg “Reto a muerte”(Duel), a ese Dennis Weaver fallecido hace poco tiempo.

Con todo y lo mala que resultaba, “Maximun overdrive”, rodada en 1986, fue rehecha en el 97 para la televisión con el título de “Trucos J D C Scope”.

Todo es posible en Hollywood.

Piensen o no, los carros han sido imprescindibles en el cine desde los primeros tiempos de su existencia.

En esta cinta animada tendremos que el auto protagonista se apellida McQueen.

Esto no puede ser, ni mucho menos, una casualidad. Steve McQueen no sólo fue un extraordinario actor que, incluso antes de llegar a ser famoso, vivió en nuestro país.

McQueen fue, además, un amante de los autos de carrera y de la velocidad.

En una de sus películas más populares, a la que realmente le debía buena parte de su fama, en aquella llamada “El gran escape”, Steve lograba escaparse de los nazis durante la Segunda Guerra mundial, en una motocicleta.

El actor participaba en carreras de autos y le vimos practicando su deporte favorito en “Las 24 horas de Le Mans” y en “On any Sunday”.

Otro que ha tenido siempre esta misma afición ha sido Paul Newman.

Por eso tampoco nos extraña que en la película “Cars” una de las voces le pertenezca al veterano actor.

Newman hizo películas sobre carreras de autos.

Recordamos aquella que se titulaba “El corazón lleva una máscara”(Winning), dirigida por Stuart Rosemberg y coestelarizada por su esposa Joanne Woodward y por Anthony Perkins.

En “El color del dinero” le contagió a Tom Cruise el gusto por los autos y por la velocidad hasta el extremo de que, pronto, tendría su propia película sobre autos que sería una especie de “Top gun” en la pista de carreras y que se llamaría “Días de trueno”. Para los que llevan anotaciones de este tipo, les diremos que fue la primera vez en la que Nicole Kidman aparecería en la pantalla junto al que iba a ser su marido por una década.

Entre las películas más conocidas sobre automóviles tendríamos “Grand Prix”, de John Frankenheimer, realizador que era muy aficionado a los vehículos y que sabía filmar carreras de autos como nadie, lo que quedó demostrado en “Ronin”, uno de sus últimos trabajos para el cine.

Blake Edwards, uno de los grandes maestros del “gag”, filmó, aunque no con demasiado acierto, “La carrera del siglo”, mirada nostálgica a los autos del pasado.

En este filme, que hoy ya nadie recuerda, estaban Tony Curtis, Natalie Wood y Jack Lemmon.

Autos que han dado títulos a películas, sobre los cuales se han centrado tramas e historias, hay unos cuantos y entre ellos recordamos de una manera especial a “Un taxi malva”, “El Rolls Royce amarillo”, “El cadillac de oro macizo”, “El cadillac rosado”…

Estamos en un aprieto, ya que el tema no nos quiere soltar si antes no hacemos alusión a las persecuciones de carros al estilo “Bullit”.

La última de ellas que nos ha impresionado pertenece a la película “The Bourne supremacy”.

Y ahora sí, ahora vamos a ponerle punto final a esto en la semana en la que se estrena “Cars”, colaboración entre Disney y Pixar que vuelve a ser, como las entregas anteriores, todo un éxito y que lo mismo la disfrutarán los pequeños que los adultos.

Pesadillas

Una película tiene algo de mágico, de onírico, de sueño o de pesadilla.

Dentro de lo que, de por sí, es ficción, se nos abren las puertas de otros mundos porque los protagonistas de aquellas historias que estamos viendo en la penumbra de la sala, también duermen y sueñan.

“Dreams” de Akira Kurosawa nos contaba los sueños de uno de los principales autores fílmicos de todos los tiempos.

“El perro andaluz”, de Buñuel y “La sangre de un poeta”, de Cocteau tienen mucho de estructura onírica.

Y los sueños estarán presentes en la mayoría de las cintas del famoso aragonés de Calanda.

Otro que expresaba sus ideas en sueños era Ingmar Bergman, que siempre nos hace pensar en “Fresas salvajes”.

Neil Jordan quiso entretejer sueños en “In dreams”, pero falló en el intento aunque previamente lo había conseguido en forma inquietante en una maravillosa y desconcertante película titulada “In company of wolfs”.

El Expresionismo alemán se compone de sueños y el mundo de Fellini también.

Ahí están los primeros minutos de “Ocho y medio”, todo un testamento para la eternidad.

“Pesadilla en la calle”, con un Johnny Depp jovencito, con un Wes Craven en excelente forma, también se centra en el mundo de lo soñado.

Hay cintas que, incluso, encadenan sueños al estilo “Dream lover” y las hay como “Spellbound”, del maestro Don Alfredo Hitchcock , que explican el psicoanálisis a través de ellos y que cuentan con la colaboración de genios de la pintura como Salvador Dalí.

Tim Burton no desdeñó los sueños en “Big fish” y tampoco el Brian De Palma del copiadísimo final de “Carrie”.

Ahora, “Silent Hill” también nos lleva a soñar y a adentrarnos en un mundo de enigmas y alucinaciones creado por Christophe Gans, que hace así su debut en el cine norteamericano y que fuera el autor de la impresionante “Le pact de Loups”.

Hay que verla, que está en cartel y es una muestra de que aún se puedan hacer cosas buenas en el género de terror.

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