7 días de cine
Ciudades, robos y parodias

7 días de cine <BR><STRONG>Ciudades, robos y parodias</STRONG>

CIUDADES
El cine nos ha acostumbrado a ver películas donde las ciudades o los países dejan de ser un telón de fondo para convertirse en auténticos protagonistas. Son muchos los filmes que llevan en su título el nombre de un país o de una ciudad. Entre nosotros se rodó la fracasada “Havana” de Sydney Pollack que nos hablaba de los días previos al triunfo de la Revolución. Antes, y con un tema muy similar, Richard Lester, había rodado “Cuba”, pero utilizando escenarios españoles.

En nuestra página de la semana pasada y escribiendo acerca del petróleo de celuloide citamos a “Maracaibo”, ciudad venezolana, que servía como título a una cinta dirigida y protagonizada por Cornell Wilde.

“Affair in Trinidad” reunió a la clásica pareja formada por Glenn Ford y Rita Hayworth, mientras que en “Los pájaros van a morir al Perú” (retitulada entre nosotros “Insaciable en el amor”) Romain Gary adaptaba su propia novela y dirigía a la entonces su esposa de destino trágico, Jean Seberg.

Algunas películas poseen títulos de países o ciudades pero, sin embargo, la trama no se desarrolla allí. Sería el caso de “Fargo” o de la española “Baton Rouge”.

El asunto va más lejos con “Brazil” de Ferry William, ya que ni siquiera se hace alusión a ese país. Lo mismo sucede con la mexicana “Japón”.

“Casablanca” es una de las cintas emblemáticas de la historia del celuloide.

Las conversaciones de paz que se realizaban en ese exótico lugar contribuyeron al éxito increíble de una cinta que, en principio, estaba pensada para ser una producción clase “B” y que luego, con la pareja formada por Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, se transformara en todo un icono.

Entre las películas que ahora nos vienen a la memoria y que utilizan las ciudades y los países tendríamos a “Las siete colinas de Roma”, “Arde París”, “Barcelona”, “Estambul”, “Lisboa”, “Jesús de Montreal”, “New York, New York”, “Tempestad sobre Washington”, “El hombre de Río”, “Viva Las Vegas”, “Diversión en Acapulco”, “Hawai”, “Texas”, “San Francisco”, “Alaska, tierra de oro”, “Más allá de Mombasa”, “Sucedió en Nápoles”, “Capri”, “Milagro en Milán”, “Chicago”, “El sastre de Panamá”, “Los amantes de Venecia”, “Pasaje a Marsella”, “Moscú no cree en lágrimas”, “Stalingrado”, “Pasaje a La India” etc., etc., etc.

La lista sería interminable.

No piensen que nosotros, en República Dominicana, nos hemos quedado sin película.

Ahora mismo se está rodando en nuestras calles un episodio perteneciente a una serie alemana que se titula “Soko Leipzig”.

El episodio que se está filmando aquí se llama “Huida de Santo Domingo”.

Bien, todo esto, queda motivado por el estreno en nuestras carteleras de “Munich”, la cinta de Steven Spielberg que obtuviera nominación al Oscar en la categoría de “Mejor película del año”.

ROBOS

“Las locuras de Dick y Jane” no es otra cosa que un “Remake” de una comedia bastante divertida que protagonizaron Jane Fonda y George Seagal  y que fuera dirigida por Ted Kotcheff en 1977.

Cuando Jim Carrey se pone a hacer de payaso y saca todas las muecas de su repertorio, a nosotros no nos hace la mínima gracia.

Acompañado por Tea Leoni intenta, por lo menos, recapturar el favor de su público.

Los robos se prestan a hacer dramas y “Suspenses” muy sólidos, pero también hilarantes comedias al estilo de “I soliti ignoti”, “Cómo robar un millón de dólares”, “Un asalto audaz”, “Dólares”, “Dinero fácil”,“Los cuatro pícaros ladrones”, etc.

PARODIAS

Algunas de ellas, con las que Hollywood ha obtenido muy buenos dividendos en las últimas décadas, han tenido algunos “gags” hilarantes y secuencias realmente divertidas.

El problema está en que envejecen muy pronto ya que, por lo general, ridiculizan situaciones del momento, aluden a personajes que están de moda en un momento dado y se refieren a películas que, en muchos casos, son olvidadas por las audiencias venideras.

Haga usted la prueba. Vuelva a ver algunas de las mejores como “Top secret” o las primeras de las series: “Airplane” o “¿Dónde está el policía?”.

Notará, estamos seguros, que estas cintas pierden vigencia y que se tornan repetitivas y reiterativas.

Ni que decir de las francamente malas como las secuelas de “Scary movie” nos obligan a utilizar el “fast forward” del control remoto.

Esta semana tenemos en cartelera una de estas parodias, la titulada “No es una historia de amor” (Date movie) y, probablemente, vuelva a suceder lo mismo.

MUNICH

Título original: Munich, Dir: Steven Spielberg, Int: Eric Bana, David Craig, Geoffrey Rush, Michael Lonsdale, Valeria Bruni Tedeschi.

Para Spielberg fue un año realmente desconcertante. Realizó la que, sin dudas, es la peor película de su carrera (“La guerra de los mundos”) y filmó la que pudiera ser una de las mejores: “Munich”.

Mientras llegaba a las finales del Oscar (aunque, dado el descrédito creciente de esta premiación, eso no significa nada) con “Munich”, el director de “La lista de Schlinder”, “Rescatando al soldado Ryan” y tantas otras, veía como su “Guerra de los mundos” era nominada a los premios “Razzi”, a aquellos que se ocupan de lo peor del año.

Digamos que ambas nominaciones eran merecidas, pero ahora vamos a ocuparnos de “Munich”, cinta que con sus casi tres horas de duración, no deja ni un instante al aburrimiento y mantiene al espectador clavado en su butaca.

Lo que más nos interesa de este filme es su sentido crítico que tanto ha molestado a los israelitas.

Siendo judío parece que Spielberg no podía adoptar esa actitud y experimentó el rechazo de una buena parte de su comunidad, de la misma que le había aplaudido cuando hizo “Schlinder”.

Recomendamos a los que deseen ir a ver “Munich”, que deben de ser muchos, revisar ese excelente documental dirigido por Kevin MacDonald que, bajo el título de “One day in september” ganara el Oscar en 1999.

El documental de MacDonald se centra en lo sucedido durante aquellos trágicos juegos olímpicos de 1972, cuando un grupo de terroristas árabes tomó como rehenes a los deportistas de Israel, concluyendo aquello en una espeluznante masacre.

Aunque Spielberg retoma algunas escenas de aquel hecho, se centra en la venganza de los judíos contra los palestinos a los que se les consideraba responsables de aquellos hechos.

Con su equipo de siempre, con la música siempre efectiva de John Williams y con una impecable fotografía de Kaminski, Spielberg nos impresiona, nos sacude, nos emociona y nos pone a reflexionar.

Calificación: 5 (Excelente)

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