7 días de cine
De Hechizos y PANTERAS ROSADAS

7 días de cine <BR><STRONG>De Hechizos y PANTERAS ROSADAS</STRONG>

POR ARTURO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ
HECHIZOS

Estuvieron muy de moda en el cine de hace unos años hasta que llegó la inevitable saturación. La niña se convertía en la mamá y la mamá en la niña de “Un viernes alocado” y su “remake”. Tom Hanks quería ser grande en “Big” y una máquina adivinadora del futuro le concede su deseo.

Los hijos se vuelven padres y los padres hijos en tantas películas idénticas unas a las otras que aún no nos podemos creer la falta de imaginación de aquellos guionistas: “Like father like son”, “Viceversa”.

Por si esto fuera poco, la mente de los hombres se hacía femenina y la de las mujeres masculina en “All of me”, donde ese extraño fenómeno le sucedía a Steve Martin y a Lily Tomlin.

Una adivinadora y un juego de ouija son fundamentales para que Marisa Tomei encuentre al amor de su vida en “Only you”, una comedia que no está a la altura de lo mejor de la producción de un Norman Jewison.

Un misterioso hechizo hace que el alma de un gángster se apodere del cuerpo de Debbie Reynolds en “Adiós Charly”, mientras que un caso parecido sucedía entre Ellen Barkin y Jimmy Smith en “Switch”.

El alma de un asesino se mete también en el cuerpecito de plástico del muñeco Chucky en “Child’s play”.

En “Hechizo de un beso” (Prelude to a kiss) de Norman René, Meg Ryan y Alec Baldwin están muy enamorados hasta que, el día de sus bodas, un viejo le da un beso a Meg y se cambian sus almas.

Meg pasa a tener los sentimientos del viejo y las cosas toman giros inusitados.

En el cine todo es posible, todo puede pasar e incluso, por culpa de estos hechizos e ilusiones, los personajes pueden ser capaces de viajar en el tiempo, de ir al pasado o al futuro, de marchar al cielo o al infierno y de tener otra oportunidad.

Dicen que los griegos, en el teatro, lo inventaron todo y las rivalidades entre hombres y mujeres se iniciaron con su “Lisistrata” y se prolongaron hasta nuestro Franklin Domínguez y su “Lisistrata odia la política”.

Los hombres en el cine muchas, muchas veces, han tenido que experimentar lo que sienten las mujeres .

En “Tootsie”, y en muchísimas cintas más, se han tenido que acostumbrar al maquillaje, las largas sesiones de peluquería y los zapatos de tacón.

En “Lo que ellas quieren”, a Mel Gibson los pensamientos de las féminas le rodeaban.

Estos mismos hombres de celuloide se han quedado embarazados muchas veces.

Recordemos tres casos:

1)’Marcello Mastroianni en “Un hombre en estado interesante”, de Jacques Demy.

2) Arnold Schwarzenegger en “Junior”

3) Billy Cristal en “Rabbit test”.

Las mujeres, por su parte, se rebelan contra la tiranía de sus maridos y compañeros en la mexicana “Sexo, pudor y lágrimas” y, en esta misma tesitura nos encontramos con Alfonso Rodríguez en su película “Un macho de mujer” que, con un reparto domínico-venezolano se estrena esta semana en nuestras salas de cine.

PANTERAS ROSADAS

Lo sucedido con la primera “Pantera rosada”, la original, la de Blake Edwards, la de 1964, es más que curioso.

Se trataba de un filme con un reparto numeroso compuesto por nombres que eran muy famosos por aquellos días: David Niven, Claudia Cardinale, Capucine, Robert Wagner y Peter Sellers.

La historia giraba en torno a una joya que le era robada a una princesa hindú, mientras que un torpe inspector de la policía francesa trataba de recuperarla.

Los créditos habían sido concebidos por Maurice Binder y la música le pertenecía a Henri Manzini.

Recuerdo cuando vi la película con motivo de su estreno. El público se quedó fascinado con el personaje en animación de la pantera y con el tema musical que acompañaba a sus andanzas.

Y, una vez empezada la cinta, cuando aparecía el inspector Clouseau, las carcajadas no se detenían.

Aquello iba a ser un éxito espectacular y, para asegurarlo, no era necesario ser profeta.

Peter Sellers, cuya carrera en el cine británico (y algunas memorables intervenciones como “Doctor Insólito” y “Lolita” en el norteamericano) databa de años se convertía ahora, para las masas, en una estrella de primerísima categoría.

Clouseau era ya un ícono y este personaje no podía limitarse a aparecer en una sola cinta.

La pantera rosa ya no sería una joya robada, sino un dibujo entrañable con sus propios “cartoons”.

Al poco tiempo se estrenaba una segunda película donde Clouseau no sólo era un personaje, sino también el protagonista.

Volvía a dirigir Blake Edwards y junto a Sellers estaba la sueca Elke Sommers, famosísima en España por haber aparecido en bikini en una cinta titulada “Bahía de palma”, del director Juan Bosch.

“Un disparo en la oscuridad” (A shoot in the dark) no tenía la misma calidad de la original, pero resultaba igualmente divertida sobre todo en aquella secuencia en la que nuestro inspector tenía que recorrer un campamento de nudistas cubierto con una guitarra.

La cinta volvió a recaudar millones en boletería y ya Clouseau era prácticamente una franquicia.

Sin embargo, en 1968, Bud Yorkin dirigió a Alan Arkin en un filme sobre el mismo personaje que se titulaba “El inspector Clouseau”.

Aquello fue un fracaso impresionante, pues las audiencias no aceptaban en aquel rol a otro actor que no fuera Sellers. Y Sellers, años más tarde, tuvo que retornar a Clouseau y protagonizar cintas como “La pantera rosa ataca de nuevo” o “La venganza de la pantera rosa”.

Se llegó al colmo de que, muerto el actor, se estrenó una película sobre el personaje donde el nombre de Sellers figuraba como el actor principal.

Se había hecho con recortes inservibles de cintas anteriores y se titulaba “Tras la pista de la pantera rosa”.

Los herederos (su esposa Lynn Frederick) protestaron y la cinta, por decisión judicial, tuvo que ser retirada de cartelera.

Pero vamos, todavía los productores necesitaban ganar más millones y se idearon “El hijo de la pantera rosa” con un Roberto Benigni, antes de “La vida es bella” que sucumbió todavía más estrepitosamente que Alan Arkin.

Aunque los tropiezos con la misma piedra han sido muchos, Hollywood insiste con “La pantera” y ahora Steve Martin es Clouseau en un filme que se estrena, entre nosotros, simultáneamente con todo el mundo y que, bajo muchas sospechas, ha sido retrasado en diversas ocasiones.

Las razones de esto tendrá que descubrirlas usted cuando la vea.

UN MACHO DE MUJER

Título original:Un macho de mujer, Dir: Alfonso Rodríguez, In:Roberto Angel, Ana Karina Casanova, Daniel Sarcos, Tania Báez, Jochy Santos, María del Carmen, Renata Soñé, Lillyana Díaz, Frank Perozo, María Cristina Camilo, Robmariel Olea, Niní Caffaro, Krisppy…

Imposible nos resultó ver esta película la noche de su premier en el hotel Jaragua, debido al constante desfile de megadivas, a la tortícolis que nos producía ladear la cabeza para ver la pantalla, al inagotable murmullo de voces y a la pobre calidad de imagen y sonido.

Definitivamente las películas hay que verlas en las salas de cine.

Antes de dar un juicio equivocado preferimos levantarnos de nuestra mesa y marcharnos a los cinco minutos de empezada la proyección.

Hoy agradecemos esa decisión, pues de habernos quedado allí nuestro juicio hubiera sido totalmente errado.

En la primera tanda del jueves de su estreno estábamos en una cómoda butaca de un excelente local y allí sí que vimos la cinta en óptimas condiciones.

Debemos decirles que nos sorprendió su depurada factura, sus ingeniosos chistes, sus acertados gags y la buena actuación del noventa por ciento de su elenco.

Ana Karina Casanova es una actriz con mucho ángel y Roberto Ángel borda su rol de Casanova demostrando que sabe diferenciar a plenitud lo que es teatro de lo que es cine.

Tania Báez y María del Carmen actúan con gran naturalidad y Jochy Santos, sin gran esfuerzo, derrocha simpatía.

Daniel Sarcos es un veterano de la televisión venezolana y da la impresión de estar pasándoselo muy bien.

La historia, sin ser excesivamente original, divierte y entretiene al espectador.

Talvez, en la segunda mitad, se noten ciertos baches de ritmo que, con afilar las tijeras y suprimir unos cinco minutos se hubieran solucionado.

Pero eso no tiene demasiada importancia en un filme que lleva nuestra comedia al nivel estándar de las producciones latinoamericanas, que nos hace reír a plenitud y que, estamos seguros , puede ser un gran éxito comercial.

Felicidades a Alfonso y todo su equipo.

Calificación: 3(Buena)

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