7 días de cine
Disfraces, agentes secretos y satiras

<STRONG>7 días de cine<BR></STRONG>Disfraces, agentes secretos y satiras

Disfraces.
Un fenómeno sin precedentes lo ha constituido el éxito de “Betty la fea”, telenovela que acaparó la atención del mundo entero y de la que se han filmado varias versiones empezando por la colombiana y llegando hasta esa norteamericana producida por Salma Hayeck que consiguió un Globo de Oro para su protagonista.

“Pretendiendo”, la película latina-cosa rara-que se estrena esta semana en nuestras carteleras, tiene la particularidad de que se parece un poco a la famosa Betty.

Protagonizada por Barbara Mori, a quien viéramos en “La mujer de mi hermano”, nos presenta a una hermosa mujer que, habiéndose cansado de las decepciones con los hombres, se decide a disfrazarse y a aparecer como fea para evitar así todo tipo de acoso.

El hecho de que un personaje se transforme en otro no es nada nuevo en el cine.

Muchas, muchísimas mujeres se han hecho pasar por hombres como la Irasema Dilián de “Pablo y Carolina” o la Liv Ullman de “La papisa Juana”.

Con los hombres también ha sucedido lo mismo. Cary Grant se vistió de mujer en “Mi novia es un sargento”, mientras que Tony Curtis y Jack Lemmon huyeron de los gangsters con faldas y a lo loco en la más divertida comedia de todos los tiempos, “Una Eva y dos Adanes”, de Billy Wilder. No olvidemos tampoco el tour de force de Dustin Hoffman en “Tootsie”, de Pollack ni al José Luis López Vázquez de “Mi querida señorita”, una insólita película española para la época de la dictadura franquista.

La fábula del patito feo convertido en cisne suele funcionar muy bien. Veremos lo que sucede con “Pretendiendo” que es un poco esta historia, pero a la inversa. Salga lo que salga de ella, agradecemos de todas maneras la presencia del cine latinoamericano en nuestras pantallas.

AGENTES SECRETOS

A pesar de que la saga de James Bond se ha mantenido vigente a lo largo de décadas y décadas, no hay duda de que los agentes secretos han tenido sus altibajos en cuanto a contar con el beneplácito de las audiencias. Su época gloriosa, y de eso no nos cabe la menor duda, estuvo en la década de los sesenta, después del triunfo de “Doctor No” y del lanzamiento como estrella de Sean Connery. Surgió entonces todo tipo de competencia.

Así, Harry Palmer, que caracterizaba Michael Caine, era el inglés flemático y con un aire de intelectual a quien vimos en películas como “Ipcress”y “Funeral en Berlín”.

Mientras los franceses tenían a su Eddie Constantine, que era Lenny y que interesaba al propio Goddard, los españoles contando con Horst Buccholz como protagonista se enfrascaban en una jugosa coproducción titulada “Estambul 65” y, en el exterior, “Un fulano en Estambul”.

Las parodias no se hicieron esperar y los norteamericanos se inventaron a Flint con James Coburn y a Matt Helm con Dean Martin rodeado de bellas mujeres.

Directores de gran prestigio como Joseph Losey se metían en el juego y utilizando la moda psicodélica del momento rodaban homenajes al comic como “Modesty Blaise”, que tenía como heroína a Monica Vitti, la musa de Antonioni.

Hasta un Chabrol se metía en esta locura con filmes como “Marie Chantal” o “El tigre se perfuma con dinamita”.

Hemos tenido, con el correr de los tiempos, agentes de todas las nacionalidades, de todos los sexos, de todas las épocas y de todas las edades.

Piensen en un Austin Powers y piensen también en los “Superkids”, en esos hijos de Antonio Banderas concebidos por Robert Rodríguez.

Desde luego que Bond, y ahora con más fuerza y poder que nunca gracias a Daniel Craig, continúa imbatible, pero eso no impide que aparezcan otros espías como el adolescente de “Máximo riesgo” (Stormbreaker), una de esas películas de repartos insólitos donde usted puede encontrarse con Ewan Mcgregor, Mickey Rourke, Stephen Fry, Bill Nighy y hasta con Alicia Silverstone. El riesgo es suyo. Nosotros tuvimos que soportarla en un vuelo trasatlántico repleto de compatriotas más molestosos que las serpientes del avión de Samuel L. Jackson.

SATIRAS

Digamos que “Not a epic movie” pretende ser eso, una sátira a cintas populares salidas de Hollywood en los últimos años. Se trata de continuar la fórmula que tan buenos resultados dio en los tiempos de “Top secret” y de “Airplane” hasta llegar a “Scary Movie” y todas sus secuelas. Ahora la fórmula luce absolutamente agotada,  pero de vez en cuando Hollywood la sigue utilizando para desespero nuestro que debemos acudir al cine para luego escribir estas líneas.

UNA LOCA PELICULA EPICA

(Título original:  Epic movie, Dir: Jason Friedberg y Aaron Seltzer, In: Kal Penn, Adam Campbell, Jennifer Coolidge, Jayma Mays, Faunie A. Chambers, Crispin Glover, Héctor Jiménez)

Afortunadamente algunas películas malas son cortas. Esta es una de ellas.

Siguiendo la fórmula ya mencionada en esta columna, “Epic movie” parodia a “El código Da Vinci”, “Piratas del Caribe”, “Naco libre”, “Los hombres X”, “Borat”, “Superman”, “Snakes on a plane”, “La fábrica de chocolate” y, sobretodo, a “Las crónicas de Narnia”.

Usted sólo podrá seguir la presunta comicidad de situaciones y diálogos, si es que ha visto estas películas. De lo contrario se desconcertará en la butaca y lo más probable es que tenga que levantarse y salirse de la sala. Pero no se perderá de nada, ya que los “gags” son pobrísimos en un noventa por ciento y el ritmo del filme es totalmente inexistente.

Una pérdida de tiempo que, ojalá, olvidemos pronto.

Calificación: 1 (Mala)

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