7 DIAS DE CINE
Fiestas colegiales y futbolistas en la pantalla

<STRONG>7 DIAS DE CINE<BR></STRONG>Fiestas colegiales y futbolistas en la pantalla

El celuloide yanqui está plagado de fiestas colegiales y universitarias. Si ampliamos el espectro y mencionamos otras fiestas y bailes de juventud que nada han tenido que ver con los estudios y sí con incidencias barriales llegaríamos hasta la más trascendente de todas, aquel baile del gimnasio de “West side store” donde María conoció a Tony dando origen a toda la tragedia tipo “Romeo y Julieta”.

Vamos, que estas fiestas se prestan a incidencias de todo tipo y, lo que más les luce son aquellos años de finales de los cincuenta y principios de los sesenta donde un John Travolta, con vaselina en los cabellos, podía sacar a bailar a Olivia Newton John o donde John Saxon enamoraba a la bella de turno, se llamara Sandra Dee o Luana Patten.

No olvidemos tampoco la arena de las playas para que, de la memoria, nos surjan Frankie Avalon y Annette Funincello y, por alguna otra parte, el mismísimo Fabián.

Pero, sin disgregar, volvamos al colegio y en ese “Back to the schhol” nos encontramos con la pelirroja y pecosa Carrie, concebida en su mejor momento de inspiración por un Stephen King que estaba dispuesto a atemorizarnos a todos lo mismo que el Brian De Palma encargado de llevar a la pantalla esta macabra historia.

Y ya saben ustedes lo que pasó con aquella muchacha que era de lo más buena a pesar de la bruja de su madre y a la que no le quedó más remedio.

Al sentirse despechada en la fiesta de graduación, que utilizar sus poderes parasicológicos, destruir e incendiar todo aquello y acabar con más de la mitad de los alumnos matriculados en aquel atractivo  centro estudiantil.

“Carrie”, objeto después de “remakes” y secuelas, se mantiene hoy como todo un clásico pero no entra, ni mucho menos, en la onda de lo jocoso y de lo festivo que es lo que nos ha llevado a escribir estas líneas en el día de hoy.

El punto de inspiración ha sido el estreno de la película “Superbad” que, aunque ustedes no se lo crean, ha unido en criterios a público y crítica allá por el Norte donde todos la consideran una comedia extraordinaria.

Y, por supuesto, trata sobre una fiesta o sobre los planes de organizar una celebración en grande que estaría a cargo de dos individuos acostumbrados a depender uno del otro.

Y ahora sí que estamos recordando películas de este tipo, comedias con fiestas colegiales que nos hicieron pasar muy buenos momentos.

La que más nos gusta de todas ellas se titulaba “Can’t hardy wait” y tenía a una Jena Elfman sensacional, con sus alas de ángel, en una actuación “unbilled” que, sin embargo se apoderaba de toda la película pese a la capacidad y simpatía de todos los demás.

Esa es una de las pequeñas películas que atesoramos hasta el día en que a alguien se le ocurra redescubrirla.

Por supuesto que también hubo fiestas en muchísimas comedias más como “Animal house” o en “Porky’s” y todas sus secuelas, entre otras.

Más o menos este tipo de secuencias se reservaban para el final cuando el chico se reconciliaba con la chica o cuando se le declaraba y obtenía el anhelado “sí”.

De todas maneras, las fiestas colegiales han servido para desarrollar muchísimas tramas en el Cine y muchas de ellas terminaron en los asientos traseros de los automóviles trayendo consecuencias de todo tipo.

El otro estreno de esta semana es la secuela de “Gol”, protagonizada por Kuno Becker, quien ha cambiado el violín por el balón.

Está dirigida por Jaume Collet-Serra, siguiendo el estilo de la primera pero, talvez, con un poco menos de entusiasmo.

De todas maneras no es entre nosotros donde las películas sobre este deporte encuentran a su gran público.

Y, si alguna gran película ha dado este deporte (o ese algo similar llamado rugby con más violencia y menos elegancia).

Es una que no se encarga, precisamente, de glorificarlo, aquella “This sporting life” de Lidsay Anderson donde tanto Richard Harris como Rachel Roberts estaban geniales.

GOL 2

(Título original: Goal 2, Dir: Jaume Collet-Serra, Int: Kuno Becker, Rutger Hauer, Alessandro Nivola, Anna Friel, Stephen Dillane, David Beckham, Miriam Colón, Elizabeth Peña)

Al final de esta segunda parte aparece en la pantalla un letrero: “To be continued”.

O sea que la película continuará como si se tratara de una saga que nos llevara a los principales estadios de football a través de la historia de su protagonista, de ese Santiago Muñez al que conocimos, en su México natal cuando era un don nadie y le seguimos cuando fuera contratado para jugar en Inglaterra en el equipo de Newcastle United.

Ahora, en la secuela, resulta que le contratan para jugar nada menos que en el equipo del Real Madrid y tiene que trasladarse a vivir allí.

David Beckham vuelve a aparecer en la cinta haciendo de sí mismo y al verle, nosotros pensamos que, muchas de las incidencias por las que atraviesa el personaje de Santiago les pertenecieron a Beckham en la vida real ya que él también vivió en Madrid hasta hace muy poco tiempo, en compañía de su “ápice girl”.

Victoria  sufrió los constantes asedios de la llamada “Prensa del corazón” que le relacionó sentimentalmente con esta u aquella mujer creando crisis en sus relaciones personales.

A Santiago le pasan otras cosas más telenovelescas y melodramáticas en el filme,  como sería el reencuentro con su madre y el conocimiento de su hermanastro.

Entre anécdotas de este tipo y secuencias dedicadas a los partidos de football transcurre una película que se hace entretenida para los fanáticos y no fanáticos del deporte.

De todos modos,  bajo ninguna circunstancia, llega más allá de lo meramente correcto.

Calificación: 3
(Aceptable)

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