7 días de cine
Leones, corderos y brújulas doradas

<STRONG>7 días de cine<BR></STRONG>Leones, corderos y brújulas doradas

Dentro de lo que cabe, la semana se presenta bastante equilibrada.

Antes que nada quisiéramos aclarar una vez más que no es lo mismo una película fracasada que una mala película.

Ni “Leones por corderos” ni “La brújula dorada” han respondido espectacularmente en las boleterías del exterior pero, sin embargo, son cintas que mantienen sus valores y sus intenciones.

Ahora bien, estas películas también nos vuelven a demostrar que, muchas veces, una superestrella, o dos, o tres, no son lo suficiente como para asegurar los beneficios económicos de un film.

Cualquiera pudiera pensar “a priori” que una cinta dirigida por Robert Redford e interpretada por él mismo junto a Meryl Streep y Tom Cruise debería de convocar a miles de personas o que un filme donde estuvieran Nicole Kidman y el nuevo y flamante James Bond, Daniel Craig, motivaría además a grandes audiencias.

Sin embargo, en ninguno de los casos, ni en “Leones por corderos” ni en “La brújula dorada” ha sido así.

Intentemos buscar las razones.

“Leones por corderos” es una película de tesis, estática por decirlo de alguna manera, que transcurre en un aparente tiempo real y que se centra, principalmente, en un par de conversaciones.

Por mucho Tom Cruise que tenga, el público que llena las salas de cine busca movimiento y acción, y suele dejar los problemas políticos a un lado a la hora de elegir el filme del que quieren disfrutar mientras se comen su pop corn.

Ya Redford y la Streep pertenecen a los envejecientes o a los de mediana edad y Cruise, dentro de poco, se incorporará a ese grupo.

Es ley de vida y de taquilla.

“La brújula dorada”, por su parte, ha sufrido los embates de la Iglesia Católica, que ha querido ver en ella un ataque velado a la religión y un canto al ateísmo.

Si se tratara de una película para adultos, como sucedió con “La última tentación de Cristo” o con “Dios te Salve, María”, esto, en vez de perjudicar a la taquilla, sería beneficioso para la misma, pero tratándose de un film destinado al público infantil, los padres se cuidan de enviar a sus hijos pequeños a verla aunque, la verdad, ninguno de los niños iba a captar ese supuesta y disparatada manipulación de la historia.

Hay una tercera opción para nuestros cinéfilos en esta semana y la pueden encontrar en la sala alternativa del Diamond Mall, ya que “Princesas” ha abandonado esa cartelera para ser sustituida por la cinta de nacionalidad argentina “Quién dice que es fácil”, que  viene precedida de buenos comentarios y que, como quiera que sea, es un cine nuestro y diferente al que hay que apoyar a toda costa.

LEONES POR CORDEROS

 (Título original: Lions for Lambs, Dir: Robert Redford, Tom Cruise, Meryl Streep, Michael Peña, Andrew Garfield, Peter Berg, Kevin Dunn)

En los años setenta, Redford sorprendió al mundo al obtener un notable éxito de público y crítica debutando como realizador con “ Gente como uno”.

Tal resonancia tuvo esta película que fue capaz de ganarle, en la competencia del Oscar a la mismísima “Raging Bull” de Scorsese, que sigue considerándose hoy en día no sólo como la mejor de su década producida en  Estados Unidos, sino además como una de las mejores películas de su historia.

A partir de ahí Robert Redford dejó de ser exclusivamente el galán que encandilaba a las mujeres de la época para convertirse en un director reputado de filmes como “El secreto de Milagro”, “Quiz show”, “El señor de los caballos” y otras de gran categoría.

Vuelve a colocarse ahora tras las cámaras y vuelve a tocar un tema trascendente y denunciante.

Mientras su país se hunde cada vez más a causa de una política tan egoísta como errada que ha costado a la humanidad miles de muertos en el Oriente, Redford ofrece una serie de puntos de vista sobre esta situación personificándolos en las figuras de un profesor universitario liberal (caracterizado por él mismo) que conversa con uno de sus alumnos, en un congresista (Cruise) y en la periodista que en esos momentos está entrevistándole (Streep).

Todo transcurre, aparentemente, en “tiempo real” y la cinta no hace ningún tipo de concesiones al gran público que se desconcierta y se decepciona al ver a uno de sus actores favoritos (Cruise) estar encerrado todo el tiempo en una oficina sin ninguna bala (a no ser verbal) que disparar al estilo “Misión imposible”.

La seriedad del proyecto no la discute nadie.

La honestidad del tema, tampoco.

Diremos que “Lions for Lambs” es una de esas películas que sacan ronchas a la audiencia gringa.

Pero no es esa la única razón por la que el film no gusta.

A pesar de la importancia del tema, la cinta resulta demasiado estática, excesivamente oral.

A este par de conversaciones se le suman las escenas de aquellos dos soldados heridos y perdidos en Afganistán que funcionan a manera de contrapunto ideológico para la trama.

No nos convence del todo el film, pero lo preferimos a muchas otras películas de impecable factura que no nos dicen nada o que no intentan transmitirnos nada.

Redford lanza un grito de alarma.

Si usted lo quiere escuchar o no, es otra cosa.

Calificación: 3 (Buena)

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