7 días de cine
Vikingos trasplantados y mujeres seductoras

<STRONG>7 días de cine<BR></STRONG>Vikingos trasplantados y mujeres seductoras

Vikingos
La película por antonomasia que nos habla de esta raza de guerreros de cascos con cuernos y ansias marinas se titula precisamente “Los vikingos”. La dirigió Richard Fleischer y el reparto, para la época 1958, era eminentemente popular ya que si Kirk Douglas era una estrella por derecho propio, Tony Curtis y Janet Leigh formaban una de las parejas más románticas y populares de aquellos tiempos.

Además, “Los vikingos” tenía un aliento épico que suele perderse en la pantalla del televisor cuando se pasa repetidas veces por los canales del cable.

Tenemos que confesar que, si bien no es una gran película, nos atrae sobremanera, pues nos recuerda los tiempos felices de la infancia cuando el cine era otra cosa y la industria de Hollywood merecía la pena.

Imitando a “Los vikingos” se hicieron muchas otras cintas.

De entre todas ellas recordamos a “The long ships” de Jack Cardiff con Richard Widmark y Sydney Portier.

Desde luego que el vikingo era Widmark y se llamaba Rolfe, ya que nadie se hubiera tragado a Portier en ese papel.

Esta semana se estrena una película cuyo argumento vuelve a girar en torno a esta raza.

Se titula “Pathfinder” y renueva la teoría de que los nórdicos llegaron a América antes que el gran almirante genovés.

En ella un niño vikingo es abandonado a su suerte después de que los vikingos entablan una feroz batalla con los indígenas norteamericanos.

El niño es entonces criado por los nativos y en un futuro deberá enfrentarse a los de su propia raza.

De pronto recordamos a una película olvidada protagonizada por un actor aún más olvidado que, sin embargo, tuvo su momento de gloria en las series televisivas de los setenta.

El actor era Lee Majors y la película, muy mala por cierto, se titulaba “The norseman”.

En ella ya se establecía la teoría de que los vikingos habían descubierto América antes que los españoles.

Se titulaba “The norseman”. La dirigía Charles B. Pierce y Lee tenía que marchar a América, vikingo como era, a rescatar a su padre que había sido capturado por los indígenas.

La misma cosa con ciertas variantes y muchos años de diferencia. Así como “Los vikingos” han inspirado muchas películas de acción y aventuras, los niños y adultos que tienen que vivir en medios totalmente ajenos a sus orígenes, también han sido muy socorridos.

Rómulo y Remo fueron amamantados por una loba.

Mowgli vivió con los animales de la jungla según Kipling y el cine. Tarzán convivió con los monos. El hombre llamado caballo vivió con los indios.

Kevin Costner danzó con los lobos. Natalie Wood fue raptada por los pieles rojas y vivió con ellos muchos años hasta que John Wayne la rescató en “The searchers”, obra maestra de John Ford.

El niño salvaje de Truffaut creció en los bosques.

La selva amazónica fue el lugar donde los indios criaron al niño de “La selva esmeralda”.

Y así pudiéramos seguir y seguir. La otra película que se estrena esta semana es “Perfect stranger”, que cuenta con las actuaciones de Bruce Willis y una apagada Halle Berry que parece haber sucumbido a la maldición del Oscar, ya que después de su triunfo en “Monster ball” no ha vuelto a hacer nada que valga la pena y ha caído en el ridículo con bastante frecuencia.

Como interesante opción de este fin de semana pueden asistir a la Sala Ravelo del Teatro Nacional a presenciar “La boda de Virgilio”, escrita y dirigida por Fausto Rojas, uno de los principales representantes de la nueva generación de teatristas dominicanos.

SEDUCIENDO A UN EXTRAÑO

(Título original: perfect stranger, Dir: James Foley, Int: Halle Berry, Bruce Willis, Giovanni Ribisi, Richard Portnow, Gary Bourdan)

Muchas de las películas de “Suspense” que hemos visto en nuestra vida tienen más agujeros que un queso Gruyere.

Los “cabos sueltos” están  presentes, incluso en las obras de grandes maestros del género como ese Alfred Hitchcock a quien no le importaba demasiado la lógica de lo contado.

Sin embargo, ninguna de esas películas, ni las buenas ni las malas, nos resulta tan disparatada como “Seduciendo a un extraño”, cuyo argumento, si se razona un poco, no hay por donde agarrarlo.

Este tipo de cintas limita también nuestro comentario, porque  no podemos revelarles nada de su conclusión que, sin la menor duda, nos deja con la boca abierta y con un signo de interrogación. James Foley, que sabe dirigir y lo ha demostrado varias veces, se enfrenta a un guión imposible y a unos actores desganados.

La fórmula empleada en filmes como “Disclosure” o “Bajos instintos” no funciona en lo absoluto y recurrir a la computadora y a la Internet no es algo demasiado subyugante en la pantalla. No hay mucho por ver  en esta   película.
Calificación: 2 (Mediocre).

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