POR MARIO MÉNDEZ
El economista dominicano Carlos Asilis afirmó ayer que en el país el 80 por ciento de las ganancias empresariales evaden el pago del impuesto sobre la renta. Asilis dijo que en un país como la República Dominicana, con una débil institucionalidad para hacer cumplir las obligaciones fiscales, es conveniente la utilización de un mecanismo indirecto para hacer pagar el impuesto sobre la renta, como es el caso del anticipo del 1.5 por ciento sobre los ingresos brutos de las empresas, aunque consideró que no es un impuesto óptimo, como se aplica en la República Dominicana.

Consideró que constituye una inequidad que se aplique una única tasa a todos los sectores, sin tomar en cuenta la estructura de costos y la rentabilidad, por lo cual abogó porque se apliquen tasas diferencias.

Dijo que al aplicarse una única tasa el pago del anticipo del impuesto sobre la renta, se obliga a sectores a pagar hasta ocho veces lo que pagan otros, atendiendo a la estructura de costos y a la rentabilidad.

Señaló, a modo de ejemplo, que la rentabilidad en el sector comercio es de 5 ó 6 por ciento, mientras que en aeropuertos puede ser de entre 40 y 50 por ciento, y en el caso de los promotores de turismo, de un 30 por ciento.

Consideró que cuando se gravan a los diferentes sectores con un sola tasa, en el caso de los que obtienen mayor rentabilidad se estaría subvaluando lo que debieran pagar hasta en ocho veces.

Consideró que si se aplican tasas diferencias, se pudieran multiplicar los ingresos que se obtienen a través del pago del impuesto sobre la renta.

Dijo que el nivel de ingresos que obtiene el gobierno por concepto de este impuesto es muy bajo en el caso de la República Dominicana, ya que representa sólo el 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Dijo que en países desarrollados el aporte del impuesto sobre la renta representa hasta el 8 por ciento del PIB.

Asilis es actualmente se desempeña como Portafolio Manager y Estrategia de Inversión para Vega Asset Management, un gestor de fondos global con oficinas en Nueva York.

También se ha desempeñado como economista investigador en el Fondo Monetario Internacional (FMI).