JERUSALÉN (EFE).- La Intifada ha cumplido cuatro años con nueve muertos, siete palestinos y dos niños israelíes, y más de cincuenta heridos, debido a las incursiones y bombardeos aéreos del Ejército y al lanzamiento de cohetes caseros «Kassam» por Hamás contra territorio israelí.

   Dos niños israelíes murieron por un cohete «Kassam» que hizo blanco en la localidad de Sderot y otros 14 vecinos fueron heridos, de los que dos están en estado moderado y los demás leves, informan fuentes israelíes.

   El grupo Ezedim al-Kasam, brazo armado de Hamás se ha atribuido la autoría del lanzamiento del cohete «Kassam», que «ha matado a dos sionistas y herido a 18 y ha sido lanzado a pesar de la presencia de tres helicópteros y decenas de tanques en el norte de la franja de Gaza», según informa en un panfleto que circula por Gaza.

   La represalia del Ejército llegó del cielo. Helicópteros «Apache» lanzaron dos misiles contra el este del campo de refugiados de Yebalia y causaron cuatro heridos civiles palestinos.

   El ataque con cohetes se produjo tras una jornada que ya había sido sangrienta y en la que habían muerto siete palestinos.

   Si ayer el toque de queda le costó la vida a un retrasado mental palestino que salió de su casa, hoy un taxista y su cliente la han perdido cuando iban en el taxi en Jenín.

   Soldados israelíes disfrazados de árabes abrieron fuego contra un taxi, que conducía Ratib Abu Talib, de 50 años, que resultó muerto, al igual que su cliente Muhamad Al-Bitar, de 25 años, quien acompañaba al hospital a su mujer, que resultó herida.

   Fuentes palestinas dijeron que los hombres no eran miembros de la resistencia.

   En la ciudad de Naplusa, la más populosa de Cisjordania, un miembro de las Brigadas de los Mártires de Al-Aksa, murió en un intercambio de fuego, que duró varias horas, con soldados israelíes en un edificio del barrio de Rafidia.

   Maydi Jalifa, de 25 años, fue trasladado al Hospital de Rafidia, en Naplusa, con heridas de bala en la cabeza, en el pecho y el abdomen y su cuerpo- según los médicos- estaba completamente destrozado.

   Y durante la mañana en la franja de Gaza, cuatro palestinos perdieron la vida, entre ellos un adolescente, que fuentes médicas del hospital de al-Aksa identificaron como Muhamed Jaber, de 16 años.

   Entre esos muertos también figura Ibrahim al Shrafi, de 24 años y miembro del brazo armado del Hamás, abatido por disparos de helicóptero.

   Los otros dos palestinos muertos eran civiles que cayeron por disparos del Ejército en el este del campamento de refugiados de Yebalia.

   Además, ocho compañeros de colegio fueron heridos en el campo de refugiados de al-Bureich, en el centro de la franja de Gaza, cuando lanzaban piedras contra un puesto militar en el cruce de al-Shujada.

   Y otros tres niños palestinos fueron heridos por disparos israelíes mientras arrojaban piedras contra el asentamiento judío de Kfar Darrom, al este de la ciudad de Deir al Balah, en el centro de la franja de Gaza.

   El Ejército israelí intensificó sus operaciones militares en el norte de esa franja territorial palestina con la presencia de más de 110 blindados, todoterrenos y tanques, apoyados por helicópteros «Apache», que destruyeron y dañaron casas y construcciones.

   También mantiene el toque de queda por tercer día consecutivo en la ciudad y en el campo de refugiados de Jenín, donde las excavadoras militares han arrasado la casa de Zacarías Zubeidi, líder de las Brigadas de al-Aksa.

   Nuevas cifras las de hoy que se añaden al sangriento balance de estos cuatro años de Intifida, en los que han muerto 3.300 palestinos y 1.037 israelíes. EFE