Es sencillamente inadmisible e inaceptable que el gobierno  pretenda invertir 50 millones de dólares en un sistema de emergencia 911, que no requiere el desembolso de multimillonarias sumas de dinero y no amerita la generación de nuevos cargos a los usuarios del servicio de telecomunicaciones del país, que ya pagan uno de los niveles más altos de impuestos del mundo con un 30% de carga por diversos renglones.

Por nuestra experiencia en materia de tecnología sabemos que un sistema de emergencia 911, que debe tener como centro de gestión un call centers o centros de llamadas, no cuesta ni cerca de un millón de dólares, aún se utilicen las más avanzadas herramientas de gestión de llamadas, respuesta interactiva de voz (IVR), servidores, etc., pues ya hemos trabajado en ese tipo de evaluaciones tecnológicas y fuimos contraparte local como consultor del proceso de diseño del proyecto de la línea 911 para República Dominicana.

Como su nombre lo indica, un sistema de emergencia 911 es un conjunto de elementos interrelacionados compuesto por un centro de operaciones, gestión de datos  donde se administran las llamadas interconectado al call center con operadores que asisten a los ciudadanos cuando llaman con una emergencia, que debe estar conectado directamente con la policía, bomberos y salud pública, articulado todo esto bajo un conjunto de protocolos, políticas y procedimientos.

Lo que necesita el país es un  centro de llamadas básico que sea eficiente, donde se reciban las emergencias y se notifique a la institución correspondiente, que podría lograrse con menos de 500 mil dólares.