¿Eres una persona crónicamente infeliz?

¿Eres una persona crónicamente infeliz?

¡Todo es una elección, incluso el ser infeliz! Ejemplo, ver la televisión. Un estudio de la Universidad de Maryland sugiere que quienes pasan gran parte de su tiempo viendo este aparato son 20% más desdichados a diferencia de quien no la ve.

Cualquiera de nosotros tiene motivos casi en el día a día, para preocuparse o entristecerse. Pero estropearse la vida a propósito es una habilidad que se aprende”, afirma Manuel Saravia Oliver, experto de la Universidad de San Martín de Porres en  Perú.

¿Ya es crónico?

Biológicamente el cerebro no puede vivir en una felicidad eterna, pero tampoco en la tristeza. Por ello es importante que aprendas a identificar si tu infelicidad es pasajera o ya es un estado crónico. Aquí te decimos algunas actitudes que te ayudarán a saberlo, con información del profesor Preston Ni, de Psychology Today.

1. Te dices cosas autodestructivas. “No puedo”, “No soy lo suficientemente bueno”… Estos mensajes que te envías a ti mismos reducen tu confianza,disminuyen tu rendimiento y potencial.

2. Tu pasado es tu presente. A veces las circunstancias de la vida y reveses personales hacen que revivas momentos del ayer. Sin embargo, debes entender que esos episodios no deben influir tu hoy, solo son aprendizajes.

3. Tus ideas te quitan poder. Cuando te enfrentas a personas difíciles o  desafiantes en tu vida tiendes a culpar o hacerte víctima. Esto te auto debilita y te hace incapaz de mostrar tus talentos y cualidades.

4. Deseo de culpar. Haces a otros responsables de tus desgracias. Ves las dificultades normales de la vida como razón de tu infelicidad y falta de éxito.

5. No te puedes perdonar. Recuerdas el pasado, y los errores que cometiste, con culpa y dolor, y en lugar de superar estas emociones, únicamente te hundes más en ellas.

Por último, una persona que experimenta infelicidad de forma crónica también sentirá un miedo profundo a cometer errores.

De acuerdo a Salud 180.com, sin embargo, esto se puede remediar. Puedes empezar por cambiar hábitos; ejemplo, dejar de descalificar tus acciones o logros. ¡Recuerda, no hay peor juez que tú mismo!

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