El temor se ha vuelto un factor común entre los comerciantes del sector de Gascue, en la capital, sobre todo después de la muerte el pasado sábado de Juan Martiri Medina Castillo, un dependiente del colmado Mini Market Díaz de ese sector, quien perdió la vida en un intento de atraco.

Trabajan en total sobresalto, a la expectativa de que todo pueda pasar. Dicen que la zona se ha vuelto muy insegura y el patrullaje es insuficiente para evitar que negocios y transeúntes sean víctimas de los delincuentes, que casi siempre en motor y a punta de pistola, les despojan de sus pertenencias.

Judith Hernández, quien trabaja en un salón de belleza, mantiene sus puertas bajo llave, e inspecciona a quien llega al negocio antes de darle paso. Esta es su medida de seguridad ante la ola de robos, que dice no solo es en ese sector.