Ley del Notariado y la encíclica papal

Ley del Notariado y la encíclica papal

Frente a la avalancha de rechazos provenientes de diversos frentes, FINJUS, Institucionalidad y Justicia, Asociación de Bancos, redes sociales y editoriales de prensa, sumado a la oportuna propuesta del Senador de Monte Plata Charlie Mariotti, planteando el aplazamiento de la nueva Ley del Notariado promulgada por el Presidente de la República, muchos pesamos que dicha ley no levantaría cabeza por mucho tiempo.

Pero he aquí que, tozudo y prepotente, cual Júpiter truena el presidente de la Cámara de Diputados asegurando que mientras ocupe su poltrona o vida tenga, la ley no será modificada. Meses atrás, cuando salió a la palestra pública la Resolución del Colegio de Notarios que pretendía, contrario a su naturaleza y a sus fines imponer, sin amparo legal alguno, un monopolio comercial que le permitía la impresión y uso exclusivo del papel notarial, imponer nuevas tarifas y costos que limitaban el libre ejercicio profesional del notario con sus clientes y relacionados, contraviniendo normas y disposiciones expresas de la Constitución de la República, escribí un artículo que titulé “En defensa de la clase”, respaldando un enjundioso recurso sometido por el bufete de la Dra. Fabiola Medina Garnes ante el Tribunal Constitucional que me valiera ser invitado como comentarista de un panel organizado por la prestigiosa firma de abogados Russin, Vecci & Heredia Bonetti que tendría como expositor principal al presidente del Colegio de Notarios, ardoroso defensor de la legitimidad y ventajas de la Resolución adoptada por el gremio como antídoto de la corrupción.

Allí, en el hotel Embajador en un ambiente distendido, libre de presiones y prejuicios, fueron expuestas diversidad de opiniones, refutadas y discutidas las ideas y planteamientos del expositor y del comentarista con amplia participación de los asistentes bajo la atinada dirección de la Dra. Rosa Campillo y el Dr. Miguel Ángel Heredia, moderadores del panel, siendo el diálogo y la palabra, dicha con franqueza, con verdad y justicia en igualdad de condiciones, el mejor instrumento conocido para el común entendimiento de los seres humanos.

No sabemos a qué viene aquel desatino con olor a chamusquina. A cuáles intereses responde siendo los legisladores representantes del pueblo y habiendo sectores importantes de la sociedad expresado sus quejas y temores lo propio es que esas voces y otras expongan sus razones en el hemiciclo como una demostración fehaciente de ejercicio democrático.

En momentos tan graves y calamitosos como los que vivimos (y compartimos con otros muchos otros habitantes del planeta, igualmente marginados y empobrecidos (a pesar de nuestro “elevado nivel de crecimiento”) lo que debería preocuparnos es el reto de la encíclica del Papa Francisco “LAUDATO SI”. Cómo encarar y procurar soluciones eficientes y confiables a los acuciantes y graves problemas que amenazan la humanidad y nos acosan, siendo causa legítima y justa que no admite dilación de parte de una sociedad que despierta de su letargo como de gobernantes, políticos y sectores poderosos responsables que ostentan los recursos y usufructúan los poderes del Estado al parecer para su goce y perpetuación de mayores angustias y sufrimientos.

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