Endurecerán control en frontera EU

Endurecerán control en frontera EU

WASHINGTON.- (AFP) – Las autoridades de Estados Unidos quieren endurecer el control en sus fronteras y se disponen a tomar huellas digitales a los extranjeros radicados en su territorio que poseen una “tarjeta verde”, como lo hacen con todos los turistas.

Todos los viajeros extranjeros -con la excepción de numerosos canadienses y mexicanos y poseedores de visas diplomáticas- que se presenten en uno de los 284 puntos de ingreso a territorio estadounidense, son desde 2004 sistemáticamente sometidos a la verificación de las huellas de sus dedos índice y se les fotografían sus rostros.

Este programa, bautizado US-Visit, fue elaborado tras los atentados del 11 de setiembre de 2001 para luchar contra el terrorismo, la inmigración clandestina y cualquier tipo de tráfico ilegal.

En lo sucesivo, el ministerio de Seguridad Interior también tiene previsto aplicarlo a los entre 8 y 12 millones de extranjeros que poseen una carta verde (permiso de residencia) y que, por tanto, son residentes permanentes en Estados Unidos, explicó el jueves durante una conferencia de prensa el director del programa, Robert Mocny.

El reglamento, publicado el jueves, aun deberá ser discutido y no se aplicaría antes de 2007, precisó.

Esta medida debería impedir principalmente que una ‘tarjeta verde’ robada o falsificada sea utilizada por otro que no sea quien la detenta.

“Los documentos de identidad no podrán venderse o robarse porque nadie (que no sea su titular) podrá utilizarlos”, explicó Mocny. Las huellas de los titulares de la tarjeta verde son tomadas en el momento en que se concede ese documento.

Desde el lanzamiento del programa en enero de 2004, ya se tomó las huellas a alrededor de 61 millones de personas en las fronteras estadounidenses, lo que permitió detectar 1.000 casos de uso fraudulento de esos documentos.

El ministerio cita así varios casos de personas rechazadas o detenidas porque habían sido condenadas en el extranjero por tráfico de drogas, eran buscadas en Estados Unidos por delitos diversos o permanecieron más tiempo del autorizado en su visa, entre otros.

El escaso número de fraudes detectados, cuando el programa cuesta alrededor de 340 millones de dólares anuales, no perturba a Mocny: “No sabemos cuántos delincuentes renunciaron a intentar ingresar a Estados Unidos, y sabemos que bastaron 19 piratas aéreos el 11 de setiembre”.

En un informe divulgado el lunes, el ministerio destacó la falta de eficacia de los procedimientos, basados únicamente en una interminable lista de nombres de sospechosos que hace perder mucho tiempo a los agentes.

Los viajeros que tengan el mismo nombre que un sospechoso deben tener varias horas de paciencia, a veces en condiciones estresantes e intimidantes, para que los agentes verifiquen que sólo se trata de homónimos.

La toma de huellas dactilares permitirá que esa espera sólo ocurra durante el primer pasaje por la frontera.

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