Irán revelará nueva legislación petrolera en busca de 30.000 millones dólares

Irán revelará nueva legislación petrolera en busca de 30.000 millones dólares

Teherán. Tras meses de espera y mucha expectación, Irán revelará mañana el denominado Contrato de Petróleo de Irán (CPI), la nueva legislación que regulará su industria de los hidrocarburos con la que pretende recibir más de 30.000 millones de dólares en inversiones del exterior.

En una conferencia de dos días a la que han sido invitados representantes de las mayores empresas petroleras del mundo -incluso de EE.UU- expertos y periodistas internacionales en esta industria, Irán expondrá el entramado legal diseñado cuidadosamente para atraer inversión que pueda relanzar un sector muy dañado por las sanciones económicas impuestas sobre el país.

El encuentro ya fue anunciado y pospuesto en repetidas ocasiones durante 2015, a la espera de que Irán y las potencias del Grupo 5+1 (EEUU, Francia, Rusia, el Reino Unido, China y Alemania) culminaran un acuerdo sobre el programa nuclear iraní que abriera la puerta al fin del embargo que todavía pesa sobre el país.

Ahora, tras el pacto anunciado el pasado julio, que parece que se implementará a partir del año que viene, Irán ha optado por levantar el telón y mostrar su propuesta para el desarrollo de su industria petrolera tras las sanciones.

“Una parte de los desafíos de nuestra industria se arreglarán con este contrato. La industria enfrenta muchos problemas, uno de los cuales eran los modelos de contrato previos. Este nuevo modelo suprimirá parte del problema”, afirmó el ministro de Petróleo iraní, Bijam Zangené, esta misma semana.

Mansour Moazemi, uno de los más altos consejeros del ministerio explicó que el nuevo contrato está diseñado para lograr una situación en la que “todos ganen” y que asegure “el interés de las dos partes en los contratos».

“Por la dura competencia que hay para atraer inversiones, los contratos iraníes serán más atractivos que por ejemplo los de Irak”, afirmó Moazemi.

De momento, lo que se ha informado del nuevo contrato es que será una fórmula más flexible que el de nominado “buy-back” que imperaba hasta la fecha, según el cual los inversores ponían el dinero para desarrollar y explotar un campo petrolífero y recibían a cambio una tasa fija por parte de la Compañía Nacional Iraní de Petróleo (CNIP), propietaria por ley de todo el crudo producido en Irán.

La idea ahora es que los inversores podrán formar sociedades con la CNIP y compartir directamente los beneficios de la explotación del campo.

Desde el mes de abril, cuando se vio que un acuerdo nuclear con Irán era inminente, empresas petroleras de todo el mundo se lanzaron sin disimulo a la carrera por entrar en el mercado de los hidrocarburos iraníes.

No en vano Irán posee el 10 % de las reservas probadas de petróleo del planeta, sin contar con casi el 20 % de las reservas de gas natural.

Analistas iraníes apuntan que el interés exterior por invertir en el país se debe a que, al revés que otras explotaciones de hidrocarburos que se están desarrollando en la actualidad, como las reservas de gas de lutita en Canadá, EEUU o Argentina, el petróleo iraní es mucho más barato de extraer y exportar.

Según señalan, bastaría con invertir en las instalaciones y en la tecnología de los pozos ya existentes, muy deteriorados tras años sin recibir mejoras, para que Irán duplique su producción en un año y pueda recuperar la cuota de mercado que perdió debido a las sanciones.

La italiana ENI, la francesa Total, la anglo-holandesa Shell o la rusa Lukoil son empresas que ya mantuvieron conversaciones con Irán para considerar su entrada en Irán, y otras muchas, como la española Repsol, también se han dejado caer por Teherán para estudiar el mercado.

Empresas chinas, indias, y coreanas, que nunca dejaron el mercado iraní tras las sanciones, también se encuentran en la carrera por impulsar su presencia en esta industria.

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