Francisco Alvarez Castellanos – Algo hiede, y no precisamente en Dinamarca

Francisco Alvarez Castellanos – Algo hiede, y no precisamente en Dinamarca

Hay cosas que están pasando en este país de las maravillas que me han hecho recordar el viejo refrán que dice: «Algo hiede en Dinamarca».

El problema es que, en lo que respecta a mí, el mal olor no proviene de Dinamarca, sino de la Junta Central Electoral. Por dos razones.

Primera: Se ordenó la impresión de siete millones de boletas electorales, cuando apenas llegamos a cinco los electores. Estoy de acuerdo en que se impriman unas 50,000 boletas, por si algunas «se dañan» o «se pierden».

Segunda: Más de 800,000 dominicanos podrían quedarse sin votar porque falta el material necesario para plastificar las cédulas.

Señores, ¿no creen ustedes raro que se impriman DOS MILLONES más de boletas electorales y que no se haya dado previamente la información al pueblo dominicano? La noticia la ofreció el PLD y fue confirmada por el presidente de la JCE. Por tanto, y siempre a mi juicio, algo hiede en la JCE.

En cuanto a la falta de material para plastificar las cédulas, eso es increíble. En apenas 24 horas puede tenerse en el país todo el material plástico que se necesite, con solo ordenarlo. Por lo tanto, repìto que algo hiede en la Junta Central Electoral.

Las elecciones del próximo 16 de mayo deben ser a prueba de fullerías, de bellaquerías, de fraude de todo tipo.

Se ha hablado mucho de que el próximo certamen electoral será «trasnparente», limpio, etc., etc., etc.

Pero esas dos cosas de las cuales se ha hecho eco la prensa, ponen a pensar a cualquiera.

En lo que a mi respecta, con cada día que pasa crece mi asco a los políticos, con sus naturales excepciones. Y digo así, porque en una ocasión escribí en mi columna «De Política y de Políticos

que «la política es una de las cosas más sucias que he conocido». Esta columna se publicaba diariamente en el 1991 en El Caribe, entre el editorial y la caricatura.

A las diez de la mañana del día en que se publicó, me llamó por teléfono don Juan Bosch, quien vivía en El Polvorín, creo que donde una hermana.

Bosh fue un viejo amigo de mi familia, y fueron muchas las veces en que mientras esperaba el «torpedo», especie de «voladora» actual, que lo llevaba diariamente de regreso a su casa en Río Verde, luego de salir de su trabajo en La Vega, cenaba con mis padres al retrasarse el vehículo.

Pues bien, don Juan me llamó y me dijo: «Francisco, la política es una de las ciencias más puras y hermosas que existen, los que las ensucian son los políticos».

Nunca me olvidaré la lección de política que me dió mi ilustre coterráneo ese día. Y aprendí donde había corruptos (por sus estilos de vida los conocereis), donde anidaba la ambición desmedida de poder, donde crecía y florecía la mentira siempre en desmedro del Estado, etc.

Por eso digo y repito que me asquean los políticos, con sus naturales y muy pocas excepciones. Y con cada acción de esos políticos, más me asquean.

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