Pobreza y basura azotan comunidad

Pobreza y basura azotan comunidad

POR LLENNIS JIMÉNEZ
La comunidad de Los Casabes, en Santo Domingo Norte, está condenada a vivir en medio de la basura y la contaminación que produce en su cercanía el vertedero de Duquesa, el que inexplicablente han convertido en su principal medio de vida. En condiciones de pobreza extrema, la gente de Los Casabes camina sobre un lodo arcilloso que cubre la deteriorada vía de acceso, con hoyos a profundidades que un camión no puede cruzar.

La falta de energía eléctrica, de agua potable, de centros de enseñanza y de salud, son también las necesidades más perentorias para una zona que parecer quedar en el olvido de sus autoridades municipales y de la agenda del gobierno.

Orquídea Moreta, empleada del cementerio de Villa Mella, ubicado en Los Casabes, declaró que fue diagnosticada con tifoidea, enfermedad que atribuye a los mosquitos que proliferan en el área por donde los vehículos dejan caer la basura a su paso.

Ayer, Mabé Martínez no tenía cuatro pesos para comprarle al único camión-cisterna que penetra a la comunidad la primera cubeta de agua que llevaría a su humilde vivienda, en un callejón próximo al camino.

Mientras que, al otro lado de la vía, a unos 200 metros de distancia, en una desvencijada escuela dirigida por una improvisada maestra del poblado, Yorgelis Magallanes era el único niño del curso de pre-escolar que ha podido comprar una caja de lápices a colores.

Sin embargo, pese al peligro a que se expone, la gente de Los Casabes prefiere enfermarse con tal de que se reanude el transporte de la basura en camiones hacia el vertedero, en el que «bucear» en busca de algo que le presente dinero. Dicho transporte de basura fue suspendido en un gran tramo hace alrededor de dos meses, por el mal estado de la vieja carretera. A la vía le fue retirado una parte del asfalto y los trabajos de construcción, a cargo de la secretaría de Obras Públicas, marchan lentos por las constantes lluvias.

La presidenta de la Junta de Vecinos, Olga Selmo, considera que la comunidad Los Casabes se encuentra abandonada y que sus habitantes no quieren perder la esperanza de que se les atienda, aunque sea dotándoseles de los servicios básicos.

En los oscuros caminos los delincuentes diariamente atracan y asaltan personas de distintas partes de la ciudad.

Sin alternativa económica, Mabé recurrió a sus vecinos a pedirles «un chin» de agua, que ella afirma necesita en la elaboración de los dulces que solía venderle a los conductores de los camiones que llevan basura al vertedero.

Su negocio también ha fracasado, al igual que el de los demás residentes. Mabé, ama de casa y madre de cuatro hijos, no consigue el dinero de la comida desde que los ayuntamientos del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo desecharon la maltrecha vía por la ruta de la carretera del aeropuerto Joaquín Balaguer.

Mabé dijo que no tienen energía porque se derribó el poste del tendido que daba el suministro en la comunidad Jacagua, a poca distancia de Los Casabes. «No nos quieren poner luz dizque porque no la pagamos. Pero, ¿cómo vamos a pagar si no tenemos dinero?».

El problema del agua potable data desde hace varios años, debido a que no sirven las redes del sistema.

Contrario a días pasados, el camino que va a Duquesa está prácticamente limpio de basura, no obstante, Máximo Sánchez, quien vive de lo que saca de los camiones de basura, afirma que la gente de Los Casabes «se está cayendo a pedazos».

Su trabajo consiste en subirse a los camiones cuando entran al poblado y en el transcurso al depósito de basura sacar las botellas, cartones, neumáticos, piezas de carros, electromésticos viejos, y todo tipo de objeto que consideren tienen algún valor.

Sánchez viaja desde el sector Villa Mella, situado a varios kilómetros de Los Casabes, porque a su juicio dentro de la basura también encuentra productos alimenticios, «en condiciones de consumir».

Señala que igual que sus compañeros de labores, no se enferma milagrosamente y no lo atacan los parásitos. Casi todos los objetos que la mayoría de la gente lanza a la basura, tiene un uso importante para los habitantes de Los Casabes.

LA EDUCACION DE LOS POBRES

La escuela del sector Los Casabes es tal vez una de las que más estudiantes tiene, en una comunidad de gente de escasos recursos, pero es también uno de los planteles más deteriorados y menos atendido en los últimos tres gobiernos.

En la actualidad, las paredes de la escuela María Trinidad Sánchez están agrietadas, el techo de zinc está destruido y las aulas se llenan de agua cada vez que llueve.

El piso está roto. No tiene baño y las puertas no sirven.

Mabé dijo que el síndico Daniel Carvajal Lois no hace nada por ellos y los gobiernos solo les hacen promesas al comienzo de cada gestión.

Entretanto, Betania Magallanes creó una escuela para niños que el centro público no admite, por cuyo servicio cobra a los padres RD$100.00 al mes. Con el dinero compra butacas viejas, paga por la fabricación de mesas y hasta adquiere material gastable. En el ambiente poco higiénico, que la propia Magallanes se ve precisada a asear, aprenden a leer y a escribir 15 niños en un antiguo pizarrón, con un solo libro «Nacho».

Frente al centro de los menores de edad y a todos los lados,

los negociantes de desperdicios forman lomas de objetos sacados de la basura, en una práctica que los niños aprenden y heredan de generación en generación. Adolescentes hijos de padres que no les interesa que estudien, se preparan para ser el relevo de los vendedores de desechos extraídos de la basura de Duquesa.

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