Cuándo ir a la sala de EMERGENCIAS

Cuándo ir a la sala de EMERGENCIAS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su boletín “Laboratorio de Salud” que la capacidad de atención en los servicios de urgencias en todo el mundo se encuentra sobreutilizada. La mayoría de las veces la demora en la atención se debe a que la guardia médica debe dar respuestas a consultas que no deberían realizarse en ese servicio.
En ese documento el organismo de salud define que la emergencia es: una situación clínica que pone en riesgo la vida de la persona, mientras que la urgencia es un cuadro que requiere respuesta rápida pero que no ocasiona riesgo de vida, que son dos categorías clínicas propias de un Servicio de Urgencias. Todas las demás, son situaciones que deben resolverse en otro ámbito, como por ejemplo en atención primaria.
Es de vital importancia entonces conocer en cuáles situaciones se debería acudir a un servicio de emergencias.
Cinco razones para visitar la sala de urgencias:
1. Ante dolores severos y persistentes. Un dolor repentino (una puntada fuerte) y persistente en el pecho, en el abdomen, en la cabeza o en alguna otra parte del cuerpo suelen indicar un problema, sobre todo si el dolor está acompañado de complicaciones respiratorias, náuseas o vómitos.
2. Ciertos signos de aturdimiento, debilidad o problemas de movilidad también justifican la concurrencia a la guardia. Cuando uno tiene la sensación de fatiga o falta de aire, mareos, disminución de la fuerza en alguno de los miembros o alteraciones visuales de aparición brusca, la consulta al servicio de urgencia no debe demorarse.
3. Cuando hay golpes, traumatismos y heridas físicas, deben ser evaluados por un médico de urgencia. Es necesario tener especial cuidado si hubo un golpe en la cabeza con pérdida del conocimiento, si hubo un corte grande o profundo, si se está sangrando mucho, si se sienten mareos o problemas para movilizarse.
4. Aparición o agravamiento de síntomas de enfermedades crónicas. Un paciente debe realizar una consulta de urgencia cuando surgen o se agravan los síntomas de enfermedades crónicas como asma, diabetes, epilepsia, insuficiencia renal, enfisema o alergias serias.
5. Las personas que sufren trastornos de salud mental (desde ataques de pánico o fobias hasta esquizofrenia o psicosis) deben consultar ante cualquier síntoma sorpresivo. De igual manera, aquellas personas que usan drogas.

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