Clarinazos patológicos de muertes evitables

Clarinazos patológicos de muertes evitables

Patólogo forense Sergio Sarita Valdez.

Es posible que el ruido ensordecedor de las bravas olas del mar Caribe impidiera que gobernantes y gobernados escucharan la altruista consigna: “Salud para todos en el 2,000” enarbolada por la Organización Mundial de la Salud. Nuestro obsoleto sistema sanitario ya no aguanta más remiendos; ni siquiera los últimos parches de corte neoliberal han podido impedir que se acrecienten nuestras centenarias deficiencias preventivas y asistenciales. Permítanme desempolvar el clarín a fin de alertar con unos cuantos clarinazos.
1er. clarinazo: Joven adulto hipertenso es conducido a la emergencia de un próspero y moderno centro privado en la capital del Cibao. Se quejaba de un repentino dolor fuerte entre el pecho y la espalda. Allí le diagnostican la rotura de un aneurisma de la arteria aorta. Se requiere un depósito inicial de dos millones de pesos. Tras una angustiosa espera de la aparición milagrosa del dinero el enfermo colapsa y fallece horas después sin tratamiento.
2do. clarinazo: Adulta de 41 años religiosamente visitaba su ginecóloga para chequeo de rutina. La especialista tomaba la muestra de Papanicolaou asegurando que todo andaba bien. La infortunada empezó a sentir intenso dolor en el bajo vientre, siendo conducida a otra institución privada donde le diagnosticaron un extenso cáncer de la matriz que ya obstruía el drenaje de ambos riñones en la vejiga. A pesar de la radioterapia aplicada tardíamente, la dama ya pertenece al mundo de los muertos.
3er. clarinazo: Adulto de 50 años fue impactado por una bala en el abdomen. Es ingresado de urgencia al quirófano de un hospital público, donde es intervenido por neófitos cirujanos que proceden a suturar una asa intestinal perforada por el proyectil. En los días subsiguientes desarrolla un vientre agudo seguido de una sepsis mortal. La autopsia evidenció varios segmentos de intestino perforados que no habían sido suturados, acompañados de una peritonitis generalizada.
4to. clarinazo: Joven de 34 años quien a la edad de 27 años recibió una estocada en el pecho alrededor del área precordial. Fue asistido en la sala de emergencia de un hospital sureño, en donde le cosieron la herida externa del tórax y luego despachado a su hogar. Tiempo después el joven presentó una creciente dificultad para respirar. Fue atendido en el servicio de cardiología en donde le detectaron un soplo y una falla cardíaca. Murió repentinamente dentro de un calabozo. El diagnóstico de impresión fue: infarto del miocardio. La necropsia reveló una antigua cicatriz en la parte externa y derecha del corazón, así como un amplio defecto que comunicaba el ventrículo derecho con el ventrículo izquierdo. La causa del fallecimiento fue un defecto traumático del tabique interventricular con signos de hipertensión pulmonar secundaria.
El primer caso desnuda lo inhumano del modelo sanitario: ¡a quien no tenga solvencia financiera holgada le está vedado enfermarse de urgencia! El segundo caso expone la pobre calidad y poca confianza que merecen algunos programas preventivos en el país. Los tercer y cuarto casos hablan del grave peligro de poner las emergencias y los quirófanos en manos inexpertas en donde los pacientes son manejados con ligereza, incurriendo en una mala práctica médica.
Se tratan todas de muertes evitables. Si continuamos tocando esta desafinada melodía, la audiencia se levantará airada de los asientos en el 2020, exigiendo no solamente la sustitución de uno que otro músico, sino el cambio de toda la orquesta.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas