El gobierno de Venezuela rechazó como una «agresión» las sanciones que impuso Estados Unidos por narcotráfico al vicepresidente Tareck El Aissami, para quien el mandatario Nicolás Maduro exigió una excusa a la Casa Blanca.
Con El Aissami a su lado, en cadena de radio y televisión, Maduro hizo ayer una vehemente defensa del funcionario por su lucha contra el narcotráfico. «Es una agresión que Venezuela responderá paso a paso con equilibrio y contundencia», dijo Maduro, al ordenar a la cancillería entregar una nota de protesta y exigir a Washington que se «retracte y pida excusas públicas» al vicepresidente.
El Tesoro estadounidense emitió el lunes sanciones contra El Aissami, un abogado de 42 años de ascendencia sirio-libanesa, al acusarlo de facilitar, proteger y supervisar el envío de droga desde Venezuela a México y Estados Unidos. Esto, cuando fue ministro de Interior (2008-2012) y gobernador del estado Aragua (2012-2017).
Pero Maduro aseguró que, como ministro, El Aissami logró la captura de 102 capos y la extradición de 21 a Estados Unidos, lo que le valió felicitaciones de ese país. «Recibo esta miserable e infame agresión como un reconocimiento a mi condición de revolucionario antiimperialista», tuiteó más temprano el funcionario, tras el congelamiento de los bienes que puedan poseer en territorio estadounidense él y el empresario Samark José López Bello, su supuesto «testaferro».
Las sanciones prohíben a cualquier ciudadano o compañía estadounidense negociar con ellos y 13 empresas. «Es como una venganza del narcotráfico, sumado a la ultraderecha venezolana que se fue a Washington a pedir estas medidas», denunció Maduro en consejo de gobierno. Durante su intervención, El Aissami, sin gesticular, no le quitó la mirada.