Ramírez: «Me siento bendecido»

Ramírez: «Me siento bendecido»

POR ERIC NUÑEZ
SAN LUIS.-
Manny Ramírez comenzó el año bajo la incertidumbre sobre si se quedaba o no con los Medias Rojas. El final no pudo ser más perfecto y feliz. El dominicano, que durante toda la postemporada masacró a los pitchers rivales, se llevó el premio al jugador más valioso de la Serie Mundial.

Ramírez, el temible bateador con los cabellos con trenzas, y los Medias Rojas concluyeron llevándose por barrida el Clásico de Octubre, al vencer en cuatro partidos consecutivos a los Cardenales de San Luis, con un triunfo la noche del miércoles por 3-0, que le dio a Boston su primer título de campeones desde 1918.

Ramírez tuvo promedio al bate de 412 (17-7) con un cuadrangular y cuatro carreras producidas ante los Cardenales, encaminando a su equipo a poner fin a una sequía de 86 años sin el máximo título de las grandes ligas,

Su bateo oportuno durante octubre será recordada por siempre. Esa precisamente era la idea cuando el entonces gerente general Dan Duquette contrató a Ramírez por ocho temporadas y 160 millones de dólares en diciembre del 2000.

«Ser el más valioso significa mucho. Yo quería el anillo y acá está»», dijo Ramírez. «Es algo que nadie me lo va a quitar. Creo que Dios me ha bendecido con tantas cosas, mis dos hijos, mi esposa. Lo tengo todo. No me puedo quejar de nada»».

Durante sus primeras tres temporadas con los Medias Rojas, el jardinero izquierdo acumuló estadísticas impresionantes, pero su pobre actuación a la defensiva, su deplorable desplazamiento por las bases y su abultado contrato llevaron al equipo a colocarlo en la lista de transferibles al terminar la temporada pasada.

Los nuevos directivos intentaron negociarlo a Texas a cambio de Alex Rodríguez, pero el cambio fracasó y Ramírez regresó a patrullar el «Monstruo Verde»» de los Medias Rojas para esta temporada.

«Siempre pensé positivo…y le dije a mi esposa antes que la temporada empezara: »Este va a ser el año. Este es el año». Y lo hicimos, somos los campeones»», afirmó Ramírez bañado en champaña.

«Yo lo dejé todo en las manos de Dios. Si me querían de vuelta en Boston, voy a Boston. Igual si me mandaban a Texas»», agregó.

Ramírez ganó su primera corona de jonrones en la Liga Americana al sumar 43 cuadrangulares, y también encabezó a la liga en porcentaje de slugging (.613) y concluyó con 130 carreras producidas.

Sin embargo, su manera distraída de jugar mantuvo a los escépticos con la duda de que si estaría realmente listo para llevar finalmente a Boston a la gloria en la postemporada.

Una larga lista de ilustres bateadores lo habían intentado y habían fracasado, nombres como los de Jimmie Foxx, Ted Williams, Carl Yastrzemski y Jim Rice.

Sin embargo, fue Ramírez quien ayudó a convertir en campeones a su equipo, y rindió hasta el último centavo de su costoso contrato, y ahora tiene el premio de jugador más valioso que todo pelotero codicia.

«Yo siempre supe que este título iba a ser nuestro. Somos un equipo muy unido y con mucho orgullo y que nuca dejó de jugar fuerte»», sostuvo.

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