Israel

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UBI RIVAS
Aunque el diccionario de la Real Academia de la Lengua define «paria» a un hombre rechazando por inferior, el Larousse define esta palabra como «hombre desdeñado y rechazado por los demás hombres, como los leprosos. La acepción aplica a los estados en la definición de ser rechazados por su inconducta divorciada de los preceptos que deben regular las relaciones normales y aceptas entre los  hombres para convivir primero en paz y luego civilizadamente.

En ocasiones anteriores, hube de referirme al Estado de Israel como un Estado paria, por la forma inhumana que dispensa a sus hermanos por la vía paterna, los árabes, en esta ocasión, los palestinos que residen en la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

La ANP fue acordada formarse conforme a los conversatorios de Oslo, Noruega, 1993 en el sentido de conferir a los palestinos residentes en Palestina, la Franja de Gaza y Cisjordania como su hogar nacional que sellará la proclamación del Estado Palestino, programado por el presidente George Bush jr. conforme a La Hoja de Ruta, cosecha suya, en 2005.

Un cable de EFE, fechado en Jerusalén el 14 de octubre último y divulgado al siguiente día informa que Human Rights Watch estima que el ejército israelí ha demolido 16 mil casas de palestinos en los últimos cuatro años. (Hoy 16-10-04).

De esas 16 mil casas de palestinos demolidas por el Tzahal, 2,500 fueron en Gaza y 1,600 en Rafah, un campo de refugiados (carpas) severamente incursionado y masacrado por la infantería y los tanques del ejército y por los helicópteros Apache, inmisericorde é indiscriminadamente contra la población civil, como es tan recurrente en la saña morbosa judía contra los palestinos.

El 29 de septiembre último, el ejército inició una acción punitiva que denominó Días de Penitencia, en el campo de refugiados de Yabalia, en Gaza, por la muerte injustificada de dos niños (las muertes de los niños son siempre injustificadas, despreciables y condenadas quien sea que las realice y/o propicie) israelíes en Sderot por lanzamientos de cohetes Kasam, de fabricación doméstica, que elaboraron los palestinos para defenderse de la agresión permanente, el acoso sin tregua, de que son víctimas por las instrucciones de los judíos en su territorio.

Cohetes Kasan y Stinger, fusiles Kalashnikov, morteros y dagas, para enfrentar los blindados y los cohetes Apache, una superioridad militar abrumadora que, empero, no logra, ni logrará jamás, doblegar, rendir, la voluntad de los palestinos que reclamar su espacio en Palestina, idéntico a como los judíos disponen del suyo.

Pero sobre todo dagas, que los judíos temen tanto como los haitianos los machetes de la guerra de independencia de 1844 ó los españoles la de 1863 aquí y la de Cuba liderada por el generalísimo dominicano Máximo Gómez a fines del siglo 19.

Tanto es así, que difícilmente un judío se desplace inadvertidamente por las estrechas callejuelas de Mea Seharin en Jerusalén. ¿O lo hacen?

Un país no es posible que desenvuelva su cotidianidad en un estado permanente de guerra, en un zafarrancho de combate inconcluso, porque daña su economía por los recursos que debe incorporar a los pertrechos militares, y luego por la desaceleración de su economía, mano de obra barata palestina y turismo que ha mermado casi a cero.

Otro cable noticioso fechado en Jerusalén el 13 de octubre último y publicado por HOY al siguiente día, informa que el ministerio de Exteriores de Israel estima que podía quedar relegado a un estado paria, idéntico a Sudáfrica cuanto la etapa abominable del Apartheid, de no solucionarse el cruento expediente de exterminio a que somete a los palestinos, a un término de diez años, explica el informe de 25 páginas elaborado por el Centro de Investigaciones de Política del ministerio de Exteriores.

El Estado de Israel ejecuta un plan de deshabitar de palestinos a la Franja de Gaza y Cisjordania con la demolición de casas y asesinatos a diario de palestinos que defienden su espacio para diseñar su destino, y además construye un infamante muro, en contra de la condena de la Corte Internacional de Justicia que opera en la Haya, Holanda, y que fue objeto de una condena mediante resolución de las Naciones Unidas el 20-07-04.

Pero Israel, apoyado por el presidente Bush jr. en una prueba más de la dualidad moral del gobernante norteamericano que por otro lado respalda su Hoja de Ruta, prosigue la construcción del muro y masacrando a la población palestina en una abominable limpieza étnica, idéntico a como hiciera con los judíos en la II Guerra Mundial, Adolfo Hitler.

Las acciones hostiles contra los palestinos por Israel concluirán y la proclamación del Estado Palestino, advendrá con un gobernante norteamericano que decida la convivencia real, efectiva, eterna, de las dos etnias y los dos estados que deberá compartir en paz Palestina, conforme la resolución 171 del 29-11-47 que dividió el Mandato Británico (1917-47) en dos estados: uno judío, el otro árabe.

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