La economía se quema en una hoguera de dólares

 La economía se quema en una hoguera de dólares

Por FAUSTO ADAMES
República Dominicana consume petróleo como cualquier nación enormemente rica y productora del carburante, pero hace compras de combustibles como todo país grandemente pobre y cada vez más dependiente de estas importaciones para motorizar su economía.

Esto sucede porque no existe un plan de estímulo al ahorro de combustibles por parte de las autoridades gubernamentales, ni conciencia en la ciudadanía sobre la importancia de reducir el consumo de carburantes.

Por ello, el país está consumiendo alrededor de 50 millones de barriles de petróleo y sus derivados anualmente, y el año pasado la factura petrolera se acercó a los US$1,500.0 millones.

Sin embargo, con el rápido y sostenido incremento de los precios internacionales del producto en el mercado mundial, la situación económica de la nación se vuelve cada día más complicada, pues por un lado, el consumo es muy alto con relación al nivel de ingresos de sus habitantes, y por el otro, no hay decisiones por parte de las autoridades que envíen un mensaje claro y correcto al consumidor sobre esta alarmante situación.

A estas conclusiones llega el experto en combustibles y energía, ingeniero Ramón Flores, presidente de la Fundación Tecnológica.

“Nosotros estamos en estos graves momentos para la economía mundial como si fuésemos un país petrolero. Solo hay que pararse a las cinco de la tarde a observar el flujo vehícular y uno se queda pasmado, con la impresión de que lo que está pasando en el mundo, realidad que preocupa a todos los habitantes del planeta, a nosotros nos tiene sin cuidado”, reflexiona el experto.

Posible colapso económico

Flores estima que si el país tuviera que pagar por una factura petrolera cerca de US$2,000.0 millones al año, como se prevé en el corto plazo por la tendencia de los precios, con estos reembolsos, más un período de precios altos, la situación podría ser muy complicada. “El impacto sobre la balanza de pagos sería considerable, lo que podría eventualmente provocar un aumento en la tasa de cambio”, prevé el experto.

De hecho, las importaciones de combustibles representaron más del 25% del nivel total exportado, lo que evidencia que el país es muy vulnerable a estas situaciones de presión sobre los precios.

Flores advierte, además, que si los precios actuales del barril de petróleo se mantuvieran así por espacio de un año, la situación de la economía dominicana sería muy crítica.

Distorsión en el subsidio al gas

También, para complicar el panorama, hay un subsidio generalizado y creciente tanto a la electricidad como al Gas Licuado de Petróleo (GLP), y este último ha provocado un desvío del consumo de la gasolina hacia el gas, no tan solo en el transporte público, sino en el privado.

“Y una vez entrando en el consumo de gas lo que esté pasando con los precios en el ámbito internacional no afecta a estos consumidores”, advierte el experto. “Mientras que en el caso de la electricidad, no solo afecta el subsidio al mercado, sino también la gran cantidad de familias que no paga su consumo”.

Flores revela que, en el caso de la energía eléctrica, el 52%, es decir más de la mitad de la energía que llega a las redes, no se paga, y un porcentaje importante del mercado tampoco, es decir  se paga con el subsidio a este sector.

“Entonces, se puede también concluir que al usuario que no paga la energía tampoco le importa lo que esté sucediendo en el mercado petrolero”, afirma.

Por tanto, el experto advierte que el dominicano promedio no está recibiendo el mensaje, ni sufre la presión de unos precios que han ido incrementándose en los últimos cinco años.

Años recientes

“Y esta no es una situación nueva, sino que desde el 1999, cuando comenzaron a aumentar los precios del petróleo, el gobierno congeló la tarifa eléctrica y, en cierta medida, los precios de los combustibles.

Luego vino el gobierno pasado que modificó los precios de los combustibles, pero los de la electricidad y el gas quedaron congelados. “Y ahora, justamente los precios bajos del gas, es lo que ha generado el movimiento de consumo de gasolina al gas”, explica.

Según Flores, mientras en muchas naciones se vive haciendo ajustes para contener el consumo, “nosotros no hemos tenido esa necesidad, precisamente porque el consumidor no siente el mensaje, y el primer mensaje para el pueblo economizar energía y combustible es el precio.

En su opinión, “ese mensaje de los precios altos se ha sentido muy levemente en la sociedad dominicana, y tampoco el gobierno no quiere dar un mensaje sobre la necesidad del ahorro.”

El serio problema eléctrico

Flores advierte que las nuevas autoridades han encontrado una situación energética muy complicada, porque la economía está en una crisis profunda y esto afecta la capacidad de pago del país.

También, el sector eléctrico como tal está viviendo una terrible crisis, con niveles de endeudamiento muy altos y una situación interna muy compleja.

Además, los precios de los combustibles han entrado en un período de incremento acelerado que lo hace mucho más difícil, por tanto esta situación requiere decisiones muy sopesadas, pero que no van  a ser populares.

“Entiendo que el Gobierno tiene que enfrentar esta situación eléctrica ahora, antes que se le vaya de la mano y no tenga la popularidad que tiene como resultado de las elecciones de mayo”, estimó.

Medida inmediata

Por tanto, el experto recomienda que lo más fácil e inmediato para auspiciar una política de ahorro sería eliminar todos los subsidios con tres medidas.

“La primera es que ahora, con el nuevo sistema de expedición de tarjetas para las familias pobres, si el gobierno quiere continuar con los subsidios al gas y la electricidad debería de hacerlo por esa vía.”

“O sea, en pocas palabras, subsidiar al individuo no al producto, en este caso el gas o la electricidad”, recomienda el experto.

A su entender, esto dejaría que el gas, la gasolina y la electricidad tenga su precio real, y que la población sienta este precio.

“La segunda, en el caso eléctrico, sería cobrarle la electricidad a todo el mundo, de manera que la población en general sienta el costo de la energía eléctrica y comience a  hacer ahorros”, dice.

“Es decir, si el Gobierno quiere regalar a la población RD$20,000 millones al año, pues lo puede hacer, pero no necesariamente tiene que ser en electricidad o en gas. O sea, es preferible regalar ese dinero en arroz y habichuelas, y que pague ese combustible y esa electricidad al importador y generador como se debe y a tiempo”, explica

Advierte que si el Gobierno sigue pagando subsidios en bienes que son importados, y que si se juega con estos precios, puede perjudicar la economía en general.

En síntesis, el experto plantea que tener precios subsidiados o no cobrar los combustibles en estos momentos es un problema que puede afectar terriblemente toda la economía, como de hecho ya lo está haciendo.

Desabastecimiento y apagón

“Porque ahora la medida de conservación es el desabastecimiento. Y esto es así porque si el pueblo no toma las medidas racionales, la realidad toma la medida en su nombre.

A su juicio, estos son los únicos elementos que racionalizan el caos que se vive actualmente en el país con relación al mercado de los hidrocarburos, y este es el mas costoso, es decir el que viene de manera forzosa con el apagón o el desabastecimiento.

Programas de Ahorro

El experto relata que en los 80’s el país trató de implementar muchos programas importantes de ahorro y conservación de energía, los cuales no funcionaron de la mejor manera por la situación de los precios internos, que no estimulaban una política de ahorro.

“Ahora no tenemos ni una política de precios que estimule el ahorro ni tampoco programas, lo que es una situación muy grave y preocupante”, advierte.

Por ello, la Comisión Nacional de Energía está iniciando algunos programas de ahorro y conservación de energía, pero estos están muy nuevos y crudos, “y todos los esfuerzos e iniciativas que implementamos en los años 80’s eventualmente se perdieron y no hemos restablecido un esfuerzo similar, lo que representa una situación muy seria”.

Flores cuenta que una vez, en esa década, en la cual en términos relativos los precios del petróleo fueron muchos más altos que los actuales, se quiso implementar la medida de que se usaran un día los carros con placas pares, y otro los impares. “Y esto se usó en un período en el cual la cantidad de vehículos era mínima.

“En estos momentos tenemos un parque vehícular inmenso, el cual es el “gran consumidor de combustible” y que debe estar consumiendo casi la mitad de los carburantes y no se está tomando ninguna medida”.

“Solo se sabe  que un porcentaje significativo de este parque vehícular está siendo alimentado por el gas, y no solo de carros del concho, sino también de los vehículos privados”, aseguró.

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