Mi candidato: mandrake el mago

Mi candidato: mandrake el mago

Después de mucho pensar y poniendo en primer lugar la situación económica, política, social y de hambre de este pueblo, llegué a la conclusión de que el único que nos saca del «fondo» es… Mandrake el mago, y eso, con la ayuda de Lotario, su «alter ego».

Hice unos cálculos incompletos sobre los préstamos que el actual «gobierno» ha cogido en los últimos tres años y tres meses, y estuve al borde del «patatús cardio-estomacal-pulmonar».

Me «entró» un sudor frío que casi me lleva a llamar al doctor Mateo, pero rápidamente fui al refrigerador y me «disparé» un vaso grande de jugo de jagua, y me refresqué.

Luego seguí con una página en la que aparecían los precios de lo que costaban numerosos artículos en el 2000 y de los que cuestan ahora. El «yeyo» fue en forma de unas tembladeras que asustaron a mi «media naranja». Pero también se me pasó, mas decidí entonces pensar en el futuro.

En primer lugar, nadie, óigase bien, nadie, es capaz de devolver a este país la paz, la tranquilidad y el crédito de que gozaba hace una pila de años.

No me explico cómo el señor presidente Hipólito Mejía insiste en repostularse y, más aún, ganar «a las buenas o a las malas», como han dicho algunos de sus seguidores que saben lo que les espera a corto plazo. Pero Hipólito, hombre fundamentalmente bueno, cosa que ya he dicho en cinco de mis artículos, no merece el destino de esos seguidores.

Pero entonces, si sus conocimientos en matemáticas e historia son buenos, ¿por qué este hombre no actúa de otra forma, sabiendo (como debe saber), que el próximo presidente de la República Dominicana no sabrá qué hacer para ordenar el revoltijo que herederá en todos los sectores: salud, educación, producción, economía, política, obras públicas, empleos (no «botellas»).

Y no podrá pasarse cuatro años saliendo del paso viajando al extranjero, dando «boches» a diestra y siniestra y permitiendo el grado de corrupción más alto que este país haya visto en toda su historia. Si en los doce años de Joaquín Balaguer se «hicieron» 300 millonarios, del 2000 a la fecha esa cifra es una bicoca.

Entonces, cuando se «arme», el o los culpables estarán ante la presencia del pueblo, que no tendrá ningún problema en identificarlos. Y esto hay que evitarlo a toda costa.

Este país necesita que sus políticos se identifiquen totalmente con los principios que le dieron vida, con el ideario de Juan Pablo Duarte, para hacerse merecedores del respeto de sus coterráneos y para evitar un nuevo 24 de abril de 1965, pero esta vez a nivel nacional.

Porque el hambre, las deudas, las exigencias económicas, no esperan, pero sí desesperan. Por tanto, escojo a Mandrake el mago como mi candidato a la Presidencia en el 2004.

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