Los males como son exactamente

Los males como son exactamente

La detección y diagnóstico oportuno de enfermedades como el dengue permiten enfrentarlas con efectividad; y mantener a la sociedad bien informada sobre la magnitud real de casos, incluyendo defunciones, imprime fuerza a los motivos para estar alerta y prevenir eliminando criaderos de mosquitos y acudiendo prontamente a la atención. Las autoridades sanitarias cumplen mejor papel si son ágiles y veraces en reportar con sus números el ingreso de pacientes con precisión de resultados de la asistencia. Colocar así las estadísticas al servicio de la vida y en contra de la dejadez en que puede permanecer la gente -sobre todo la poco escolarizada- si no consta la realidad de los peligros que acechan. Ahora mismo no se sabría si creer reportes de hospitales sobre 19 menores que murieron con síntomas del dengue este año o a la Dirección de Epidemiología que no comunica ningún deceso.
El subregistro aparece en muchas áreas de Estado en las que se falla institucionalmente al medir incidencias que importan mucho, algunas cruciales, sobre economía, violencia intrafamiliar, criminalidad, desempleo, etcétera. Y ahora la forma en que azotan al país algunos males de salud. Los fallecimientos que reúnan pronunciadas características del dengue deben ser informados como tales para reforzar el sentido de protección en lo que se establecen balances definitivos de rigor médico y útiles a largo plazo.

Lo crucial de reservar agua

Lo sombrío está presente en las perspectivas del cambio climático que conduce a este país a vivir bajo los extremos de inundaciones y sequías más prolongadas, un movimiento pendular azaroso del que sería difícil librarse. La escasez estacional es enfrentada con inmediatismos en ahorro de agua y combate al desperdicio mientras no acaban de fijarse metas de mediano y largo plazos entre las que debe estar el logro de una mayor retención masiva del líquido con presas adicionales de diferentes magnitudes.

Demasiado caudal de las precipitaciones anuales va al mar sin aprovecharse; sin constituir reservas que equivaldrían a guardar pan para mayo, lo que usualmente ha movido a especialistas a recomendar dinamismo en la construcción de obras hidráulicas. Vengan las que faltan para sentir alivio.

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