Fortalecer las instituciones

Fortalecer las instituciones

El más importante cambio en el que deben enfocarse los liderazgos políticos en este momento debe ser para superar distorsiones e ineficiencias del aparato estatal que en otros lugares del mundo han llegado a extremos de frustración y pérdida de confianza en los partidos. Proponerse garantizar que el clientelismo y el populismo no aparecerán en la búsqueda de aprobación popular a un alto costo conectado a preocupantes endeudamientos de Estado. Para confiar en la democracia es imprescindible evitar que el patrimonio público impulse proyectos políticos. Debe brillar la racionalidad del gasto contra la duplicidad de funciones y el desmesurado capítulo presupuestal legislativo. Modernizar estructuras para hacer vales los mandatos sociales de la Constitución. La economía crece con poco reparto de beneficios y se tarda en asumir las metas fiscales que hagan equitativos los impuestos reduciendo exenciones y evasiones.

La burocracia creció en los últimos años sin destacarse por eficiencia y hace tiempo procede definir un rumbo para el sector eléctrico sujeto a costosísimos y distorsionantes subsidios que no erradican apagones. En el centro del debate debería estar la urgencia de mejorar la cobertura de salud, disminuir la delincuencia, enfrentar la corrupción, el alto desempleo juvenil, los embarazos en adolescentes y la atroz violencia machista que cada año trae una horrorosa cuota de muertes. El revuelo oculta esto.

Superar la etapa de los truenos

Camino a lo positivo, los bomberos del Distrito Nacional, esos que nunca saben cuándo serán llamados a la heroicidad, van apareciendo en agendas de apoyos a su rol de primera fila contra emergencias. Además del respaldo que les dota de recursos por flamantes padrinazgos privados, pasan a seguidas a recibir un aumento salarial de un 10% y el Gobierno, de un tiempo a esta parte, se muestra receptivo a sus necesidades que son también de la sociedad que merece protección.

Por deplorable cultura, la pobreza de equipos y de respaldo a los humanos que apagan fuegos suelen llegar al primer plano cuando ocurren siniestros atribuibles a la candela. Haciendo necesario que truene muy duro para reparar en los muchos daños que pueden causar las tormentas de fuego, siempre cuantiosos. De amenaza permanente.

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