Tres científicos ganaron ayer el Nobel de Química de 2019 por el desarrollo de baterías de ion-litio, que han revolucionado el almacenamiento de energía y transformado los autos, los celulares y muchos otros dispositivos en un mundo cada vez más portátil y electrónico.
El premio fue para John B. Goodenough, de la Universidad de Texas; M. Stanley Whittingham, de la Universidad de Nueva York en Binghamton, y Akira Yoshino, de la Asahi Kasei Corporation. El premio reconoce su labor en “un mundo recargable», dijo Goran Hansson, secretario general de la Academia Sueca de las Ciencias, que decide a los ganadores. “Las baterías de ion-litio han revolucionado nuestras vidas y se utilizan en cualquier cosa, desde celulares a laptops y vehículos eléctricos. Con su trabajo, los laureados en química de este año han sentado las bases de una sociedad sin cables, libre de combustibles fósiles», indicó el Comité del Nobel.