Unapec celebra XXXVII Graduación Ordinaria

Unapec celebra XXXVII Graduación Ordinaria

POR MARÍA MERCEDES
Un día, hace ya varios años, se inscribieron en la universidad con los sueños que construye la juventud. El viernes pasado, durante una emotiva ceremonia organizada por su Alma Mater sintieron la satisfacción de ver convertido su esfuerzo en una tangible realidad. Estaban felices: era su graduación.

Con este acto, en el que la Universidad Apec (Unapec), graduó a 538 nuevos profesionales en varias áreas, se dio comienzo al programa de celebración del 39 aniversario de labor ininterrumpida al servicio de la educación dominicana.

Esta XXXVII Graduación Ordinaria fue realizada en el Auditorio de la Casa San Pablo, en dos tandas. La primera a las 4:00 p. m., en la que 271 profesionales obtuvieron sus títulos académicos, y en la segunda iniciada a las 7:30 p. m. el número de graduandos fueron 267.

La ceremonia fue presidida por Dennis Simó, rector; Luis Heredia Bonetti, presidente del comité directivo de UNAPEC; Gustavo Batista, rector de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y presidente de la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades (ADRU).

Los profesionales obtuvieron sus títulos en las áreas de los decanatos de ingeniería y tecnología, artes y comunicación y de informática, así como de las escuelas de administración de empresas, contabilidad, mercadotecnia, derecho y administración turística y hotelera.

En su discurso, el rector Dennis Simó destacó que el 2005 celebrarán sus 40 años de vida institucional, y que El Consejo Nacional de Educación Superior, Ciencias y Tecnología otorgó el 5 de agosto de este año, el ejercicio pleno de la autonomía universitaria.

También exhortó a los y las jóvenes profesionales a cumplir con su misión en la sociedad que tanto los necesita para continuar su proceso de desarrollo, en todas las áreas prioritarias. «A todos les deseo éxitos en el ejercicio de sus carreras», afirmó.

Cada momento tuvo su propia emoción, pero cuando Carol Then Vargas, quien cursó la carrera de ingeniería de computación con una puntuación de 3.97, tomó el micrófono para dar gracias a Dios, a sus padres y profesores por enseñarles sus conocimientos, esos que desde ya están poniendo en práctica, los aplausos se hicieron más efusivos.

Al finalizar la ceremonia, las autoridades universitarias y los invitados especiales compartieron con egresados durante un coctel realizado en la sala de espera de Casa San Pablo. Allá, entre abrazos, risas y anécdotas, compartieron por «última vez» con los maestros que les formaron en sus diferentes carreras.

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