NUEVA YORK.  AFP.   La decepcionante nueva emisión en Bolsa de Citigroup es un nuevo revés para los accionistas del banco estadounidense, y para el mayor de éstos, el Tesoro, y podría poner a los directivos del gigante destronado de Wall Street en el banquillo de los acusados.

 «Es un ejemplo de una mala oferta a un precio malo y en un mal momento», afirma Jon Ogg, del sitio de analistas 24/7.

 El banco había anunciado el lunes un acuerdo con el Tesoro estadounidense para captar 20,500 millones de dólares en la Bolsa, y con ello reembolsar 20,000 millones de dólares de ayudas gubernamentales.

 Citigroup fijó un precio de venta de 3,15 dólares por sus acciones ordinarias, inferior a su valor de cierre del miércoles en 3,45 dólares por acción, captando en total 17.000 millones de dólares, y un precio de 100 dólares para otros tipos de acciones, captando 3.500 millones adicionales.

 Este precio de venta también es inferior a los 3,25 dólares por acción pagados por el Tesoro cuando compró parte del capital de Citigroup.

 El banco recibió entre octubre de 2008 y enero de este año una ayuda de 45.000 millones de dólares.

El Estado adquirió como consecuencia 34% del capital de la institución, imponiendo restricciones en la gestión del banco, entre otros en lo que respecta a los salarios de sus directivos.

 Para no perder dinero, el Tesoro decidió ahora no vender 5.000 millones de dólares en títulos como estaba previsto.

 También resolvió esperar tres meses en lugar de 45 días para empezar a saldar el resto de su participación en el banco, manteniendo no obstante su intención de salir del capital del banco de aquí a seis o 12 meses.

 «Dan la impresión de haberse apurado para llegar a un acuerdo» con el Tesoro y «rembolsar las ayudas recibidas», comentó a la AFP Jamie Peters, analista bancaria de Morningstar.

 La acción de Citigroup valía alrededor de 20 dólares en setiembre de 2008 antes de la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, y más de 50 dólares antes del inicio de la crisis de los préstamos riesgosos, en el origen de la debacle financiera.