Mujeres artistas en el arte dominicano joven

Mujeres artistas en el arte dominicano joven

En  República Dominicana, las mujeres artistas representaban una ínfima minoría en relación con sus pares masculinos. Prejuicios de inseguridad, de vida bohemia y libertad en la conducta explicaban esa inferioridad, fruto del bloqueo familiar a aptitudes e inclinaciones de las hembras, entonces arrinconadas en la pintura aficionada de flores, retratos y paisajes.

En aproximadamente cincuenta años, la situación dominicana ha cambiado, y, como para ciertos aspectos de la condición femenina, la evolución ha sido rápida: la dedicación profesional a las artes visuales ha pasado de la excepción a un casi equilibrio entre los sexos. Hay una producción fuerte de las creadoras, en neto aumento en las últimas generaciones: la artista estudia e investiga, experimenta y derrumba barreras.

El planteamiento expresado por Uta Grosenick en el contexto global de “Un mundo de mujeres”, nos parece justo, pero algo pesimista cuando lo aplicamos a nuestro país: “La pregunta sobre si el arte hecho por mujeres seguirá siendo un elemento importante en el siglo XXI (…), –si las mujeres artistas seguirán marcando su territorio en un mundo aún dominado por los hombres e insistiendo en que el arte debe concebirse como la afirmación de particular de un único individuo, independientemente de su sexo– sigue sin respuesta. Esperamos que los esfuerzos de estas mujeres obtengan la merecida recompensa”. Las artistas dominicanas seguirán marcando su territorio y se afirmarán como talentos incuestionables, independientemente de su sexo. ¡Ya lo están haciendo!

Si bien es cierto que muchas mujeres artistas jóvenes no están implantadas todavía con solidez, o más bien agresividad, en el mercado del arte –un arma de doble filo siempre–, su entrega y su seriedad apuestan por el porvenir, y las obras demuestran originalidad, reflexión, compromiso. ¡Que el arte femenino se revele como globalmente más militante y al día se entiende!, el  género suele acentuar la profundidad comunicativa, –sin que nos refiramos nuevamente a luchar contra la discriminación–, por relacionarse más con la vida, ¡y con dar la vida!

Características propias.  A menudo polivalentes en sus medios de expresión, ellas están descollando no solamente en las categorías de pintura y dibujo, sino también en instalación, video y performance. Especialmente las mujeres artistas fotógrafas, otrora totalmente ausentes, utilizan exclusivamente la cámara para su expresión personal, profesional y emocional, teniendo actualmente una presencia, sino dominante, acelerada, con una gran calidad en las imágenes.

Dominicanas, viviendo en el país o de la diáspora, prácticamente en todas las creadoras se funden las raíces locales con una preocupación por la identidad, y las corrientes internacionales, aunque sin estridencias y con un apego a la estética que define a la plástica dominicana –toda– desde sus orígenes.

Otra característica, importante en un reconocimiento rápidamente adquirido, reside en la formación: ninguna artista se ha improvisado, y resulta impresionante comprobar sus niveles de estudios y grados de cultura, cuando no de especialidades e investigaciones. A partir de tanto potencial, las energías, la convicción, la pasión aun, forjan una iconografía concluyente y singular.

Afirmamos, comprobando la vitalidad creativa de las mujeres artistas, que hoy fecundidad, nivel y estética en las artes visuales no se relacionan con las características de género y temas particulares, y que el dinamismo de la producción joven –femenina y masculina– invita a un (re)descubrimiento permanente. Con toda probabilidad, el porvenir confirmará ese movimiento ascendente.

Sobre el “Arte dominicano joven”

Este texto es un breve extracto del texto escrito para el libro, “Arte dominicano joven”, producido y editado por Freddy Ginebra, patrocinado por AES. En el volumen también figuran sendos ensayos de Myrna Guerrero, Danilo de los Santos, Sara Hermann y Carlos Acero, tratando cada uno un aspecto específico de las actividades y personalidades artísticas. Freddy Ginebra es el autor de la página introductoria. Un diseño muy moderno de Orlando Isaac, y bellísimas imágenes contribuyen a hacer de ese libro uno de los logros bibliográficos del 2009.

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