Gobierno y crisis

Gobierno y crisis

[b]Señor director:[/b]

En su discurso pronunciado como orador invitado del almuerzo mensual de la Cámara de Americana de Comercio el pasado miércoles 10 de marzo, el gobernador del Banco Central, José Louis Malkun, desmenuzó los principales aspectos macroeconómicos que gravitan sobre la economía dominicana, y lo hizo aportando datos objetivos, describiendo las bases del endeudamiento interno y externo, la composición de la deuda, el déficit del Banco Central, el decrecimiento de la economía durante el finalizado año 2003, entre otros aspectos importantes.

En lo referente al endeudamiento externo, informó que la deuda externa del país al 31 de diciembre del 2003 ascendió a US$5,849 millones, con un incremento de US$1,307 millones con relación al año 2002. Es bueno recordar que el presente gobierno recibió una deuda externa al 16 de agosto del 2000 de US$3,685.3 millones, lo cual indica que las presentes autoridades del gobierno perredeista han tomado la cantidad de US$2,163.7 millones de dólares hasta finales del pasado año. Malkun también informó que la fuga de capitales durante el 2003 alcanzó la suma de US$1,600 millones, cifra que refleja el grado de desconfianza de los agentes económicos hacia la actual gestión de gobierno.

En su magistral alocución, el gobernador del Banco Central informó, de manera valiente y con firmeza, la situación financiera del Banco Central, indicando que el déficit cuasi fiscal se ha incrementado en el presente año en unos RD$24,000 millones, debido a los certificados de participación emitidos por esa institución financiera, elevándose a RD$80,000 millones de déficit total de la misma. En la carta de intención que se había firmado con el FMI se tenía estimado una inflación de un 14% para el año 2004, sin embargo, según informes del Banco Central, la inflación acumulada al mes de febrero del presente año llegó al 20%, obligando a una revisión para el mes de abril de los acuerdos arribados con ese organismo financiero internacional.

El gobernador del Banco Central fue sincero cuando reconoció el grave error del presente gobierno al incurrir en la recompra de las acciones de las distribuidoras de electricidad Edenorte y Edesur, carga que ha implicado para el Estado en los últimos dos meses la suma de US$15 millones de dólares, a lo que planea que esas empresas se deben volver a privatizar para poder evitar que se siga incrementando la deuda de ese sector. Sin embargo, las presentes autoridades perredeístas están vendiendo como propaganda política la estatización como un gran logro de su gobierno. Malkun también informó que el subsidio a la electricidad a los barrios más pobres y del gas licuado alcanza la astronómica cifra de RD$1,000 millones mensuales, incremento que llega a ese valor como astronómica de la devaluación del tipo de cambio, que es responsabilidad única del actual gobierno, por lo que entendemos que las presentes autoridades deben mantener el subsidio al gas licuado y la energía eléctrica, ya que de eliminarse su costo sería inalcanzable para los más desposeídos.

En su discurso ante la Cámara Americana de Comercio, José Louis Malkun señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) cayó a 0.4% en el 2003, con una inflación de un 42%, lo que refleja un estancamiento de la economía con alta inflación, pasando la economía por un proceso económico denominado estanflación, que no es más que el estancamiento de la economía con alta inflación. El descalabro económico del país se sintió en todos los sectores, provocando quiebra masiva de negocios, pérdida de empleos y un alto incremento del costo de la vida, situación que no se espera que pueda variar mucho en el presente año, pues según el propio gobernador del Banco Central, se estima un crecimiento negativo del PIB.

Pero no todo fue negativo durante el finalizado año 2003. El sector externo estuvo muy bien, tuvimos una balanza de pagos positiva, con un crecimiento de un 30% del turismo, incentivado por la devaluación de la deuda de las entidades financieras con el Banco Central, por lo que ha ingresado la suma de RD$8,500 millones, esperándose que puedan también ingresar unos RD$10,500 millones por la venta de carteras de los bancos Mercantil, Intercontinental y Bancredito y también por la venta de inmuebles, lo que contribuiría a ir disminuyendo el déficit del Banco Central. Es importante también la información de que nos queda algo de reservas internacionales, unos US$160 millones, insignificante si se toma en consideración que el presente gobierno ha tomado ya la suma de US$2,163.7 millones en lo que lleva de gobierno.

Los dominicanos vimos sufrir y pasar uno de los peores años en la historia del país, como fue el año 2003. Pero también tuvimos los dos primeros meses del presente año igual o peor de malos, llegando la tasa del dólar hasta el 55 por 1 y con ello generándose una espiral inflacionaria que provocó la subida de todos los bienes y servicios de forma alarmante. Pero esa crisis no fue sorpresiva ni espontánea, sino más bien creada por un mal manejo de política económica que tiene muchas raíces. Todo comenzó con la aprobación y puestas en ejecución del famoso «paquetazo fiscal», implementado a principios de este gobierno, creando con ello el inicio del proceso inflacionario. A ello se agregó la loca carrera de endeudamiento llevada a cabo por la actual gestión perredeista, tomando préstamos para todo, incluyendo los US$1,100 millones en bonos soberanos que se utilizaron para la campaña de medio término y para la construcción de obras improductivas que no garantizaban el repago de esa deuda, sin considerar que el pago del servicio de esa deuda había que hacerla con dólares. La crisis de la quiebra de tres importantes bancos del sistema y el mal manejo dado a la misma por parte de las autoridades monetarias fue el detonante final, que unido a la desconfianza de los agentes económicos hacia el actual equipo de gobierno, disparó el tipo de cambio a los niveles en que hoy se encuentra.

Solamente la garantía del cumplimiento de los acuerdos arribados con el FMI y un cambio de gobierno garantizan una estabilización de la economía y la posibilidad de que nos enrumbemos nuevamente hacia la prosperidad y el progreso que habíamos venido logrando desde el año 1992 hasta el 2000. En este gobierno hay mucho populismo y el espíritu dilapidador de un jugador enfermizo que cada vez quiere más y más para gastarlo.

Lic. Mayobanex De Jesús Laurens

Barahona, Rep. Dom.

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