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Conoce la historia  de los Reyes Magos y enséñales a tus hijos esa tradición

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¿Quiénes son los Reyes Magos? Sus orígenes son un verdadero misterio. Su rastro nos lleva a la Biblia, al capítulo dos, versículos uno al doce, del Evangelio de San Mateo.  Pero, aunque en esas escrituras no se explica de dónde proceden, todo indica que vinieron de Babilonia o Persia, donde los magos ejercían una gran influencia. Melchor, Gaspar y Baltasar. Tampoco hacen mención de cómo eran o cómo se llamaban los reyes. En el siglo XIV, un monje benedictino, doctor de la iglesia, describió a los Reyes Magos en un manuscrito: Melchor era un anciano de blancos cabellos y larga barba; Gaspar, más joven y rubio; y Baltasar, un señor negro. Los identificó como representantes de Europa, Asia y África.Son los Reyes Magos que, en la madrugada del día 6 de enero de cada año, visitan a las casas donde hayan niños hispanos para dejarles regalos, del mismo modo en que hace años llevaron oro, incienso y mirra al niño Jesús. Según las tradiciones, una de las cosas exigidas por los reyes para que los niños reciban su regalos es que se hayan comportado y hayan sido buenos durante el último año.

No debes comprarles todo lo que quieran

Es evidente que las compras compulsivas son guiadas por la situación, el momento y la publicidad, los Reyes se ha convertido en mucho más que una reunión familiar, de hecho, se ha convertido en un motivo para comer mejor, comprar más, etc. Parece que el sentido común se disipa y en muchos casos se compra de forma compulsiva sin tener en cuenta las consecuencias económicas que esto ocasiona, no debemos introducir a los niños en esta rueda y debemos dar ejemplo de ello. Los especialistas advierten que un exceso de regalos frena la maduración intelectual de los niños, siendo en un futuro personas insatisfechas consigo mismas, ya que nunca nada será suficiente para ellos, juguetes sí, pero con moderación.

Conoce una pequeña dosis de frustración que  ayudará a tus hijos a  crecer en la vida

Los llantos, rabietas y desánimo en los niños son reacciones típicas de un deseo insatisfecho, más conocido como “frustración”. Un estado de decepción que se refiere a la capacidad de concebir que ciertos deseos no son satisfechos. Cuando el deseo es concedido se habla de “gratificación”. Por ejemplo, cuando vamos al mercado y el niño se antoja de una bolsa de caramelos, ante nuestra negativa de comprarlos aparecerá una rabieta, si se la damos el niño será gratificado. La frustración es un sentimiento que forma parte del desarrollo humano saludable. Los niños van aprendiendo desde muy pequeños que no todos los deseos pueden ser satisfechos. Para enseñar a los niños a manejar la frustración es necesaria una pequeña dosis de ella ya que es beneficiosa para el crecimiento emocional. Si el niño tiene el afecto de sus padres aunque se equivoque tendrá la seguridad de contar con ellos y aprenderá a manejar la frustración de manera adecuada.

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