Aquí no es así

Aquí no es así

POR FRANCIS MESA
No siento ninguna vergüenza al confesarme devoto de la prensa del corazón, los chismes faranduleros y los escándalos de los artistas. Si dijera que mi nueva gran ídola es Paris Hilton, no me vean con malos ojos, ni piensen en mí como un tipo vacío, sin cerebro y consumidor compulsivo de esta cultura pop que me ha tocado vivir.

Es que, simplemente hay gente que ha nacido para este negocio y ella, esa heredera natural, lo sabe más que nadie. Sólo hay que verla cuando los fotógrafos-papparazzis- la abordan, con la naturalidad que la barbie de verdad posa, se transforma y simula gustosa, que no le importa lo más mínimo el qué dirán.

Es por ello, sin quizás, que le va bien en todo (no hay que ser mezquinos y traer a colación las imágenes suyas y un ex novio en pleno intercambio de fluidos y jadeos excitantes). Sus carteras las buscan jovencitas y mayores. Es una musa de importantes modistos, las cadenas de televisión se pelean porque aparezca a través de sus señales y su cuenta bancaria aumenta sin compasión (para envidia de muchos, incluido, yo).

Aquí no es así. No hay una sola figura que impacte tanto al público. En honor a la verdad, puede que una que otra de nuestras figuras tengan cierto aire de carisma colectivo que las haga merecedoras de una atención particular, pero pequeñitos detalles como arrogancia y desconocimiento del medio, les hacen flaco favor.

Ni siquiera estoy llamando a que sigan el ejemplo de la Hilton, que por demás (irónicamente) me parece tonta y sobre estimada, pero una actitud así de «buen rollo», no le vendría mal a nadie.

HOTELES Y TV LOCAL

Las maravillas que se ven en este país, muy rara vez pueden encontrar paralelismos en algún otro del globo terráqueo.

Aunque no he viajado lo suficiente como para tener un erudito conocimiento de la televisión que se ve en los hoteles extranjeros, sí me basta con haber recorrido, por lo menos, el 60 por ciento de los resorts dominicanos (gracias a mi ejercicio periodístico) y dar fe de que es ínfima la proyección de los canales locales en esos sitios de esparcimiento.

Que conste que siempre he sido enfático con aquello de asumir una dominicanidad rancia, por el simple hecho de decir «soy dominicano» y todas esas bobadas y que, por otro lado, nuestra televisión no es lo mejor que hay, pero y ya voy al grano, al quid del asunto, lo más lógico es que, los alemanes, ingleses, canadienses, franceses y eslovenios, al momento de entrar en esas confortables y sobreaireadas habitaciones, enciendan sus televisores y no se encuentren precisamente con los canales que han desechado por irse al Caribe a vacacionar. Un poco más de difusión de nosotros mismos, sí ombe, que vean al mediodía a Nikauly, Isaura y Sheila; los sábados y domingos en las noches, cuando casi todas las megadivas tienen sus programas de televisión; también los sábados ver los programas investigativos de Nuria y Mirna y los domingos en la mañana a Isha, a pesar de sus libritas de más. Está claro que no estoy mandando a que vean una programación cultural, muchas veces aburrida, sino entretención puramente dominicana. Hasta la próxima.

francismesa@hotmail.com

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