Consultorio de nutrición: Manejo nutricional con cirrosis hepática

Consultorio de nutrición: Manejo nutricional con cirrosis hepática

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Cuál es el manejo nutricional de los pacientes con cirrosis hepática?

R: La cirrosis es una enfermedad crónica, y los objetivos de la dieta deben ser prevenir la aparición de los síntomas, manejar adecuadamente las complicaciones, evitar la desnutrición y mantener una buena calidad de vida.

Realizar 5-6 comidas pequeñas al día, incluyendo una merienda nocturna, para evitar la hipoglucemia porque el hígado cirrótico almacena poco glucógeno.

Consumir diariamente 2-3 tazas de leche o yogur descremado, como fuente de proteínas, calcio, fósforo y vitaminas (B2, B6, D), para reducir el riesgo osteoporosis y fracturas; 1-2 raciones de alimentos proteicos (1 ración es igual a 3-4 oz de pescado, atún, salmón o sardina, 1 muslo o 1/2 pechuga de pollo; incluyendo 3 huevos a la semana y nueces); 6 raciones de cereales y tubérculos como fuente de glucosa (1 ración es igual a 1/2 taza arroz, avena, harina, pastas, víveres, 1 rebanada de pan integral, 1 pan integral, 4 galletitas de soda, etc); 1 taza de leguminosas (habichuelas, gandules, lentejas, etc); al menos 2 platos de verduras de diferentes colores y 3 porciones de frutas frescas variadas, porque aportan vitaminas, antioxidantes y fibras.

Las fibras, más 8 vasos de agua al día y actividad física regular reducen el riesgo de estreñimiento; y el estreñimiento puede descompensar la cirrosis por la acumulación intestinal de amonio y otras toxinas que pasan a la sangre, que al ser metabolizadas adecuadamente por el hígado cirrótico llegan al cerebro y pueden causar una encefalopatía hepática (cuadro neuropsiquiátrico caracterizado por somnolencia, irritabilidad, temblor de las manos, coma, etc).

Además, deben consumirse 4-6 cucharaditas al día de aceite de oliva (incluyendo aguacate), y solo limitar su ingesta en casos de diarrea por deficiencia de bilis.

El azúcar y los dulces deben consumirse con moderación. Si hay hipertensión o retención de líquidos en abdomen (ascitis) o extremidades (edema) debe limitarse la ingesta de sal, enlatados, carnes ahumadas, etc, prefiriendo los condimentos naturales.

Evitar el ayuno prolongado y el consumo de alcohol.

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