¿Qué no decirle a una persona diagnosticada con cáncer?

¿Qué no decirle a una persona diagnosticada con cáncer?

Sarah McDonald fue diagnosticada con dos cánceres simultáneos.

Recibir un diagnóstico de cáncer es difícil. Nadie sabe realmente cómo va a reaccionar ante la noticia y el tratamiento subsiguiente es un camino largo y lleno de incertidumbres.

La situación también es complicada para familiares y amigos: ¿qué hacer o qué decir cuando te enteras de que un ser querido tiene esta devastadora enfermedad?

En el libro, Sarah comparte sus experiencias y ofrece una serie de recomendaciones para las personas diagnosticadas con cáncer y su círculo de familiares y amigos.

En un libro recientemente publicado, una paciente relata en detalle su propia historia en forma directa, clara y hasta humorística, ofreciendo una serie de consejos con los que espera fomentar un mejor entendimiento entre todos los que entran en contacto con el cáncer.

10  años más tarde, Sarah McDonald no manifiesta evidencia de la enfermedad, tiene una hija de 6 años y acaba de escribir un libro sobre sus experiencias, The Cancer Channel, que espera pueda servir como una guía no solo para las personas que son diagnosticadas con cáncer, sino para su círculo más cercano.

«Quise describir la montaña rusa que es el cáncer», le contó Sarah a BBC News Mundo. «Describir los muy intensos momentos de desesperación al recibir el diagnóstico».

El cáncer produce un profundo sentido de soledad, dice, y quiere que los pacientes que lean el libro «se sientan menos solos, más reconocidos, que hay otras personas que se sienten así».

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Cosas que no le debes decir a alguien con cáncer

  • «Déjame saber qué puedo hacer por ti». Eso es injusto porque la persona con cáncer ya tiene mucho con qué lidiar y ahora tendrá que buscar una tarea que puedas cumplir.
  • «Nunca podría pasar por lo que tú estás pasando». Puede sonar como un cumplido, pero nadie escoge tener cáncer ni se vuelve un héroe al tenerlo, simplemente hace lo mejor que puede para mantenerse con vida y tú también lo harías.
  • «Me encanta tu actitud». En realidad me da ira tener cáncer, pero temo que si expreso cómo me siento los que me rodean no se van a sentir muy bien conmigo. Así que pretendo tener una buena actitud.
  • «Tengo una tía que tuvo cáncer». Todos los cánceres son diferentes y sus tratamientos y protocolos cambian día a día. La experiencia de tu tía va a ser muy diferente a la mía.
Sarah suspendió su tratamiento de fármacos inhibidores de hormonas para poder quedar embarazada y dar a luz a su hija, Rory.
Algunas recomendaciones de Sarah para los pacientes diagnosticados con cáncer:
  • Nadie está preparado para el cáncer, ni nadie en tu entorno. Prepárate para las diferentes reacciones de parte de ellos. Algunos tendrán palabras o acciones hermosas, otros se alejarán porque estarán aterrorizados con tu diagnóstico, pero eso no es responsabilidad tuya.
  • Infórmate lo más que puedas sobre tu cáncer antes de comunicarles la noticia a familia, amigos y colegas, así podrás contestar mejor todas las preguntas que te van a llover.
  • Dile adiós a las manicuras, pedicuras y jacuzzis. Son posibles fuentes de infección. Los pacientes en quimioterapia tienen el sistema inmune debilitado por lo que le es más difícil combatir un virus o bacteria potencial.
  • Piensa dos veces antes de prepararle la comida a otra persona. Los pacientes en quimioterapia pueden perder el gusto y reportan tener un sabor metálico en la boca. Suelen echarle demasiada sal a sus platos.
«Calla y escucha»

Sarah también mezcló sus tratamientos médicos con otras terapias alternativas, como yoga y meditación, lo que le ayudó con el estrés mental, a estar más calmada, recuperar energías y fortalecer su voluntad para seguir adelante.

Tomó un licencia de un año de su exigente trabajo para conocer mejor su ciudad, San Francisco, y sus alrededores y aprovechar todo lo que ofrecía, como los museos, las galerías, los conciertos y las caminatas al aire libre por las playas, bosques y montañas.

A pesar de que debía conducir una larga distancia para ir a sus tratamientos, se metió a un gimnasio, hizo pesas y salía a correr. Administró su tiempo cuidadosamente para estar con su esposo y no olvidarse de incluir poder tomar un café con alguna amistad.

El contacto con lo que llama su «círculo cercano» es algo que también aborda en su libro, porque el cáncer es una enfermedad que no solo afecta a quien lo sufre, sino a sus parientes y amigos.

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