La bufanda nunca ha tenido preferencia por sexo, porque desde antaño el hombre la usa para cubrirse del frío, pero ahora se ha convertido en una agradable tendencia que distingue y engalana aún más su figura. Mientras más colorida, mejor, porque permite que el hombre luzca más alegre y vanguardista. Esta prenda definitivamente distingue al hombre fashionista del tradicional.
En un pasado lejano ningún hombre se atrevía a acompañar un traje con una bufanda fucsia y otros colores encendidos por temor a que su masculinidad fuera cuestionada. Lo tiempos han cambiado y actualmente se observan desde los lugares encumbrados hasta en los más populares.
El mercado de la moda las tiene en coloridos estampados, tonos neutros y brillantes, confeccionadas en seda, en lana y fibras naturales.