Petrocaribe y República Dominicana

Petrocaribe y República Dominicana

En las tres entregas anteriores sobre el tema he expuesto las intensas actividades que se han venido desarrollando en la región como parte de los objetivos de trabajo y proyecciones de este mecanismo.

Petrocaribe  es uno de los programas que contribuyen a la ejecución de los proyectos de la Alternativa Bolivariana de las Americas -ALBA-, mecanismo de integración que promueve Venezuela, conjuntamente con países caribeños, centroamericanos y sudamericanos, del cual República Dominicana no es parte, aunque sí es miembro de pleno derecho de Petrocaribe.

Este es un Acuerdo de Cooperación Energética de carácter multilateral orientado a articular y a coordinar políticas con los países de la región buscando un uso eficiente de la energía, la cooperación y asistencia tecnológica y el desarrollo de infraestructuras, incluyendo el desarrollo de fuentes alternativas. Sin embargo, como hemos venido explicando, es mucho más que un contrato de suministro.

Establece una escala de financiamiento que va del 5 al 50 % de la factura petrolera, extendiendo el periodo de gracia de uno a dos años con una extensión del periodo de pago de 17 a 25 años con un interés del 1 %, si el precio del petróleo rebasa los 40 dólares el barril. Una de las grandes ventajas es que contempla la posibilidad de que se abone al financiamiento a partir del suministro de bienes y servicios.

Es bien conocido que para el caso de la RD se ha contemplado el interés venezolano de recibir importaciones de habichuelas negras y otros productos así como servicios turísticos. Ambos aspectos han de tener un impacto socio-económico positivo de profundas consecuencias: garantiza la producción agrícola, eleva el nivel de empleo, amplia y consolida mercados de exportación, reduce sustancialmente la presión sobre la prima del dólar, ya que el Estado no tiene que salir a buscar dólares pudiendo pagar a los productores con moneda nacional.

Obviamente, conociendo la lentitud burocrática del país, se ha sido lento en impulsar esas opciones, pero el mecanismo ya ha empezado a operar. Ya se firmaron dos contratos de suministro de habichuelas negras y de azúcar líquida, producto éste último que ha despertado un gran interés del empresariado venezolano. La Dirección de Petrocaribe, de la Secretaría de Finanzas, ha constituido un fondo de RD$100 millones en el Banco de Reservas para garantizar financiamiento en condiciones ventajosas a los habichueleros. Se encuentran sembradas ya 25 mil tareas y se han identificado otras 400 mil con vocación para ello.

La infraestructura turística del país puede utilizarse para planes turísticos venezolanos en periodos de baja – como parte de los programas sociales que se desarrollan en Venezuela – lo cual también se descontaría de la factura petrolera. Hay otras muchas potencialidades como puede ser operaciones comerciales triangulares en que el país suministre a terceros compromisos de exportación de Caracas. Todo ello seria de gran impacto nacional. En verdad, hay un amplio campo de opciones.

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