Qué se dice
Indolencia

Qué se dice <BR><STRONG>Indolencia</STRONG>

Hace tiempo que autoridades vinculadas a la persecución del consumo y tráfico de drogas, así como organizaciones de fama tan bien ganada como Hogares Crea y Casa Abierta, vienen denunciando la utilización de menores de edad en el vil negocio del narcotráfico, pero esas denuncias y llamadas de atención han caído en saco roto a pesar de su gravedad. Ha sido, precisamente, esa falta de sensibilidad ante lo que ocurre a una población tan vulnerable lo que ha hecho que el mal se multiplique hasta convertirse en epidemia, al extremo de que ya es completamente “normal”, allá en los barrios, ver a niños operando puntos de drogas como si tal cosa o que aparezcan con frecuencia en los reportes de apresamientos y operativos que realiza la DNCD, como el caso de los cinco menores apresados esta semana por el organismo antinarcóticos en Santiago y otros pueblos del Cibao, que eleva a quince los detenidos en esa región en los últimos dos meses. No es posible seguir ignorando esa terrible realidad, dándole irresponsablemente las espaldas, sin que el futuro nos cobre bien caro tamaña indolencia.

La última palabra

  Ahora resulta, según el portavoz presidencial Roberto Rodríguez Marchena, que el presidente Fernández será quien decida si se ejecuta o no el proyecto de la isla artificial que se construiría frente al Malecón de Santo Domingo, aunque repitió el estribillo que ya dio a conocer su colega Rafael Núñez: el Gobierno no está interesado. Menos claro y directo fue el doctor Marchena, sin embargo, cuando se le cuestionó sobre el significado de la carta que la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo envió al Congreso ponderando los cambios introducidos por los promotores del proyecto y recomendando su aprobación, tan convincente y persuasiva que los legisladores perredeístas -diputados y senadores- desoyeron la “línea” bajada desde las alturas de su organización para darle su bendición. Si el gobierno es tan ambiguo y poco transparente en el manejo de un proyecto tan sensitivo y tan mal visto por la opinión pública, no puede quejarse si esa forma de hacer las cosas, como quien tira la piedra y esconde la mano, desata la imaginación de sus gobernados así como mil y una especulaciones, entre ellas la que habla de la “generosidad” que hizo posible el brusco cambio de opinión de los legisladores de la oposición.

Mezquindad

   Ha llamado la atención que el PRD y su dirigencia, que tan activa fue en sus críticas a la “inacción” del Gobierno frente a los desmanes de la delincuencia, se comportara de manera tan mezquina al rehusarse a opinar sobre el plan de acción contra la delincuencia puesto en marcha por las autoridades, que ha enviado a las calles a los guardias y restringido el horario de venta de las bebidas alcohólicas, entre otras medidas muy bien acogidas, en sentido general, por los distintos sectores de la vida nacional. Esa actitud, dicho sea con toda justicia, no es exclusiva de los perredeístas sino de la clase política toda, anclada todavía en el conchoprimismo y el “quítate tú pa’ponerme yo”, y sólo interesada en lo que le conviene, o cree que le conviene, en su propósito de alcanzar el poder. Hasta un día…

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