¿Qué pasa con los hijos de las víctimas de feminicidio?

¿Qué pasa con los hijos de las víctimas de feminicidio?<br>

Escuchar decir a la directora de la Colectiva Mujer y Salud, Sergia Galván, que los feminicidios en la República Dominicana ya se pueden considerar como una «tragedia nacional», es muy alarmante.

Todavía más preocupante es que el procurador general de la República, Radhamés Jiménez Peña, admita que todavía el Ministerio Público no ha sido exitoso en sus esfuerzos por detener el problema.

Sin embargo, lo peor de todo es que fruto de los feminicidios en el país, cerca de 800 niños y niñas quedan en la orfandad cada año, según datos de la Fundación Vida sin Violencia.

Entrevistada para el periódico HOY digital, la psiquiatra Francis Báez señala que un feminicidio afecta todo el núcleo familiar, conformado por el padre, la madre y los hijos.

“Cuando uno de los padres falta y más cuando es a causa de un feminicidio, es un problema doble, porque no solamente hay una pérdida de la mujer de la casa, que es la protectora, la que cuida, la que guía, sino que quien provocó ese daño, esa injuria a nuestro hogar, fue precisamente papá”, recrea Báez.

Explica que en estas circunstancias los sentimientos de los hijos se involucran de manera doble, porque pierden a la persona que los amaba y los cuidaba, en manos del otro ser a quien también aman y que es co-responsable de que el núcleo familiar prevalezca. En consecuencia, el niño siente que su mundo se ha destruido totalmente y que lo ha perdido todo.

Impacto psicológico. “La depresión lógicamente puede ser uno de los síntomas principales, pero también puede presentar lo opuesto que es la rebeldía. El niño puede adentrarse en una etapa de indisciplina que muchas veces termina en la etapa de violencia”, señala.

Advierte que desde que se presentan las primeras experiencias de maltrato en el hogar el niño va manejando una etapa depresiva, una etapa de violencia y dolor. “Luego que ocurre el feminicidio viene lo peor para él, porque no solo pierde a su madre sino también a su padre quien estará ausente, ya sea por huir, suicidarse o estar recluido en una cárcel, quedando el niño en una gran inestabilidad emocional”.

Según la doctora Báez, a raíz de que ha perdido a sus guías, las personas que deben brindarle el apoyo, la moral, la crianza y el amor necesarios para su desarrollo, el niño tiende a vivir un sin número de emociones negativas como el odio, el dolor, el rencor, la ira y la impotencia.

Indica que probablemente esas emociones regirán su conducta y resultarán en un ser humano inmisericorde, depravado y malvado “carente de la atadura moral que ejercen las madres sobre los hijos”.

Un niño que ha sido testigo del asesinato de su madre a manos de su padre necesita apoyo familiar. La familia debe tener una actitud de responsabilidad porque deberá asumir los roles de esos padres y no solamente ocuparse de los compromisos de educación, comida, techo y salud, sino también de todo lo relacionado con su desarrollo interior, como el apoyo moral, el amor, los valores y el apego.

Ayuda profesional. Independientemente de que cuenten con el apoyo familiar, los niños deberán recibir la ayuda de profesionales que les enseñen a manejar el proceso vivido, de forma tal que la experiencia no se transforme en un futuro negativo.

De acuerdo a la psiquiatra, baja autoestima, agresividad, impotencia para la resolución de problemas, complejos y falta de misericordia, son algunos de los resultados que pueden manifestarse de no recibir la ayuda necesaria.

El papel de los hijos ante la ola de agresión y maltrato. “Ellos deben ser la voz de alerta, los guardianes y vigilantes si estas situaciones están aconteciendo. Deben acercarse a las autoridades de ese matrimonio, llámense los padres de esa pareja, los hermanos, los tíos, gente que tengan poder de autoridad sobre ellos y poder dar la voz de alerta para impedir que ocurra la desgracia de un feminicidio o un suicidio”, dice Báez.

Recomienda que si los hijos son testigos del maltrato del padre hacia la madre, se acerquen a otros adultos como sus abuelos o tíos, para que sean ellos quienes tomen las acciones de lugar, “ya que lamentándolo mucho se ha demostrado que los hijos no pueden frenar a papá ni a mamá de una ira”.

Recomendaciones para un hombre que haya pensado en cometer feminicidio. La doctora Báez dice que lo primero que él debe saber es que esa mujer tiene familia, probablemente hijos, así como él tiene una madre. “Se considera que el ser al cual más amamos es nuestra madre y él tiene que ponerse en la posición de que si fuera su papá que se lo hiciera a su mamá, ¿qué sentimientos surgirían en él?”

Además, es muy importante recordar que el hombre no es dador de vida y por lo tanto no tiene derecho a quitarla y que si en algún momento la idea cruza su mente debe buscar ayuda, ya sea con algún familiar de confianza o directamente con un especialista, porque aunque muchos no lo crean esto es una enfermedad, se ha convertido en una enfermedad emocional.

“Es de suma importancia buscar ayuda a tiempo, para evitar transformar en la mayor desgracia, la vida propia y la de los hijos”, concluye.

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