El son nació en Cuba pero
creció y se desarrolló en el país

El son nació en Cuba pero<BR data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2007/04/84266C03-4E88-46D1-BD9B-2A6D317901A3.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=460 data-eio-rheight=309><noscript><img
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POR SUSANA VERAS
SANTIAGO.
Debates y discusiones con altura, ponencias de investigaciones realizadas a nivel internacional, prácticas y metodologías para aprender a bailar, desarrollo de industria discografica, experiencias de autores, influencias y difusión, caracterizaron el segundo día de jornada del Congreso Internacional de Música, Identidad y Cultura en el Caribe dedicado a la salsa y el son y que reúne a genuinos estudiosos y representantes o simples amantes de la música en el Centro Cultural Eduardo León Jimenes de esta ciudad.

A mitad de la jornada, la mayoría de los protagonistas, tanto expositores como participantes, han dejado a un lado «la vana discusión» de definir los verdaderos orígenes de esta música que tiene sus raíces en el Caribe, pero con una clara influencia española y africana, tras el proceso de colonización.

«Decir que es cubana o dominicana es enfrascarse en una aérea discusión que sólo nos conllevaría tiempo, tenemos que reconocer que el son en un hijo que tiene sus padres biológicos en Cuba, pero que fueron los dominicanos, sus padres adoptivos y quienes se encargaron de criar, educar, fomentar y desarrollar esta criatura» así de simple lo define una de sus participantes del encuentro, la señora Marcela Mirabal, madre del músico santiaguero Rafelito Mirabal quien valora el evento como de gran altura y nivel cultural para todas las edades.

El programa general de paneles y mesas de trabajo continuó ayer sábado con la Conferencia Magistral del doctor cubano Danilo Orozco titulada «Sonexus Caribbus. Vaivén y sentir de sones, sus conexos y del Caribe en trama».

Orozco mostró con análisis e investigaciones, muy profundas conclusiones de que no existe el son puramente, «sino un son en plural» que a su juicio está íntimamente vinculado con las vivencias musicales de sus creadores, así como del entorno de los procesos históricos en la cultura cubana y sus conexiones.

Orozco es doctor en Musicología y filosofía por la Universidad Humboldt de Berlín y es asesor e investigador titular de Cuba por el Instituto Cubano de la Música. Por sus méritos y aportes a la música y la cultura ha sido galardonado con la Distinción por la Cultura Nacional. Tiene cuatro décadas de experiencia como musicólogo y ha sido parte del grupo de formadores fundamentales de varias generaciones de músicos cubanos e internacionales. Esta exposición fue considerada brillante por los ejemplos visuales y sonoros utilizados por el experto musicólogo.

La segunda sesión de trabajo desarrollada en los salones «Clave», «Maracas», «Tres» y «Contrabajo» incluyó las ponencias «La Cultura Caribeña desde el son, la salsa y el Baile» con el colombiano Alejandro Ulloa Sanmiguel quien detalló los aspectos de mayor identidad cultural y la relación entre la lírica y el lenguaje corporal a través de su baile.

En esa sesión de «Baile y Cultura» la norteamericana Sydney Hutchinson trató el tema «Bailando en su lugar y como los salseros crean variantes locales de un baile global», focalizando sus ejemplos en las salsas de New York, Puerto Rico, de Cuba, Arizona, Japón, Los Angeles, Colombia, México y de la República Dominicana.

En el caso del estilo de New York inició en los años setenta siendo uno de los más destacados bailadores Eddy Torres quien con su escuela formó a miles de bailadores de este ritmo. En el caso de Puerto Rico la salsa fue una expresión de las clases marginadas. En Cuba fue popularizado el baile de «rueda y casino» donde intervienen más de una pareja y el grupo tiene un líder, el baile «es dominado por un macho» explica la investigadora y bailarina. Los dominicanos bailan contrario a todo el mundo, con vueltas y pasos libres difíciles de imitar y muy originales.

Juliet McMains de los Estados Unidos habló sobre las controversias de la industria de la salsa en esa Nación y mostró con ejemplos corporales las diversas formas de bailes de hombre y mujer, con tendencias y pasos de clave, dos y tumba.

En el tema «Baile y Sociedad en el Son y la Salsa» el norteamericano Ted Henken disertó sobre «Enseñando acerca de la Historia, Cultura y Sociedad Cubana a través de la música y el baile cubano», mientras que Priscila Renta habló sobre las «Opciones Estéticas y Migración Circular: el Baile de la Salsa entre New York y Puerto Rico». Una de las sesiones más completas de esta sábado fue la vinculada al tema «Bailando Son y Salsa: República Dominicana» con la participación de Leonardo Iván Domínguez sobre «Borojol: La Puerta del Son su Coreografía y o Forma de Bailar» donde dio a conocer aspectos históricos de esta «zona de tolerancia» donde mayor desarrollo y difusión ha alcanzado el son en el país.

En esta segmento también se destacó el economista y sociólogo Juan Miguel Pérez con la disertación «Vapor y Sudor en e l Caribe, Etnografía Comparada de Bailar Salsa y Son en Santo Domingo» donde relató las experiencias vividas en centros de bailes, una investigación y descripción, sin desperdicios.

La folklorista y profesora de baile dominicana  Xiomarita Pérez fue  didáctica  en su presentación con una metodología simple y llana de cómo aprender a bailar salsa y son, usando ejemplos musicales y temas conocidos a nivel mundial. Habló además del Comportamiento del bailador sonero en la pista con rasgos muy peculiares y característicos.

EL ESTILO DEL BAILADOR SONERO DOMINICANO

Lo más importante para el aprendizaje del baile es que el futuro bailador tenga el deseo y el interés de lograrlo. Luego, el trato, la paciencia y la empatía del instructor son básicos, pues con la colaboración de ambas partes se logra el cometido. Para la enseñanza es importante la individualización en las primeras tres sesiones. El participante debe sentirse seguro de sí mismo y confiado  para luego hacer las prácticas en pareja.

 Todas las personas tienen ritmo, lo que sucede es que a algunas no se les ha descubierto. Para eso está  la Escuela: para ayudar a descubrir ese ritmo que tienen en su interior. El aspecto emocional también es importante, porque si la persona no se concentra en el aprendizaje o tiene problemas de cualquier índole se distraerá y no le sacará provecho.

 La unidad más sencilla en la mayoría de las composiciones musicales populares es el compás de cuatro tiempos, en el cual hay cuatro sonidos (notas), siendo el primero el más intenso, porque si no fuera así sólo tendríamos ritmo y no melodía y en las piezas bailables debe existir la melodía. Para fines de ritmo la unidad más sencilla es un sonido (nota fija).

Si observamos una orquesta de merengue o salsa notaremos que hay instrumentos que siempre están tocando y otros que tocan a veces; los primeros son instrumentos rítmicos y los segundos son instrumentos melódicos. Para fines de bailes interesan más los rítmicos, pues éstos son los que ejecutan el ritmo que bailamos.

Para aprender a bailar una pieza musical lo primero es identificar los instrumentos que marcan el ritmo para seguirlos y anticiparlos mientras bailamos. La melodía de la pieza musical (al igual que la voz del artista) siempre va con el ritmo aunque ella no es ejecutada por los mismos instrumentos que lo marcan y más aún estos instrumentos (los melódicos) a veces arropan (ocultan) los instrumentos que marcan el ritmo. Hay personas que son muy sensibles y esto los lleva a bailar de manera instintiva, pero a veces no bailan según la melodía y el ritmo básico, por lo cual, en ocasiones, pierden el ritmo o sienten que les falta algo para el mayor disfrute de la música.

EL SON

El son es el baile de folklore urbano más elegante que existe en nuestro país y por eso las escuelas que lo enseñan deben tener como referencia a los mismos soneros,  porque son los actores reales.

«No me considero sonera, me considero bailadora de todos los ritmos, por lo que respeto, admiro y quiero a los que disfrutan y aman el son de una forma especial, porque es su estilo de vida. Nadie, sólo ellos, cabe en ese manantial de placer y vida sana que se dan en compañía de sus compañeros o aliados. Por esto no estoy de acuerdo en que realicen concursos con estos bailadores, sólo muestras o exhibiciones del baile, porque cada bailador, cada pareja es un ícono».

Los instrumentos rítmicos son la conga, el bongó, la clave y los melódicos la guitarra, el tres, el contrabajo, las maracas, etc.

Características del hombre y la mujer en el baile.- El hombre es el que lleva el baile y la mujer le sigue. Baila con la punta del pie, contrario al bailador cubano. El hombre hace todas las figuras, y la mujer sigue bailando, marcando el paso con garbo y elegancia, con buen acoplamiento  ya que de ahí depende que se pueda hablar en conjunto de «una buena pareja sonera». Las figuras el hombre las hace con algunos instrumentos de base, como el bongó, que al repicar puede lograr el bailador realizar una figura y luego caer en ritmo con su pareja, ya que la mujer sigue con su paso base. La mujer coloca su mano izquierda en el cuello del hombre, como una posición de entrega al baile y a su pareja. El hombre mueve la cintura de forma marcada, al igual que los pasos, contrario al danzón que no se mueve tanto la cintura y los desplazamientos son más largos.

Personalidad de los soneros

• No se emborrachan

• Tienen la estima alta, sin complejos.

• El sonero no baila en la oscuridad, porque el fin es demostrar que es buen bailador.

• El sonero no fuma

• El sonero no baila bachata

• Es solidario

• En el  baile es machista

• Es fiel a su ritmo. Tan fiel que todos los ritmos lo baila en ese estilo: el  chachachá, danzón, salsa, etc.

• Si tiene una esposa que no baila son, se busca una «compañera» de bailes.

• Donde hay soneros, hay decencia y respeto

• Cuando llega a una fiesta sonera todas las mesas están reservadas…..para ellos, son los «mayimbes».

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