Conciliar posiciones para un alza salarial

Conciliar posiciones para un alza salarial

El crecimiento (estable, constante, histórico) expresado en el Producto Bruto Interno (PBI) aparece ahora acompañado de estudios técnicos que sostienen con atendibles elementos de juicio que las remuneraciones a la mano de obra que contribuye a la multiplicación de la riqueza han seguido en niveles que no se corresponden con el éxito de la multiplicación de los bienes ni con el costo de la vida. Y algo más y bastante positivo: todas las partes (empleadores, trabajadores y el Gobierno) admiten que en alguna medida eso debe cambiar aunque los factores capital y trabajo halarán indefectiblemente hacia sus conveniencias contrapuestas; a los que hay que advertir en vísperas de oficializarse las posiciones para discusión abierta que las columnas que sostienen la actividad económica del país son: la iniciativa privada y la colectividad de hombres y mujeres con energía y disposición para ganarse el pan y llenar otras necesidades de su existencia en calidad de asalariados. Diálogo en que deben tomarse en cuenta cifras esenciales y posibles de establecer para garantizar la permanencia de la producción a partir de costos y beneficios razonables tanto como el sostén satisfactorio de las familias que dependen de los dividendos que deben tocar al recurso laboral. El llamado de la hora es a conciliar aspiraciones y a que unos y otros se avengan a un equilibrado acceso a los frutos de esa alianza entre las razones sociales y quienes aceptan depender de las causas empresariales. Esa armonía ha existido por decenios aunque con reciprocidad de insatisfacciones que son inevitables en ese tipo de relaciones. El clima obrero-patronal sin sobresaltos ni confrontaciones extremas, que debiera servir para superar las obsolescencias del Código de Trabajo y las imperfecciones del Sistema de Seguridad Social, ha contribuido al prestigio de República Dominicana como país de instituciones y orden jurídico estables que inspiran confianza a los inversionistas y respeto a organismos multilaterales y a potencias rivales. Ha debido servir también, mediante acuerdos entre liderazgos políticos y de otras representaciones de la colectividad, para reducir las desigualdades de orden social.

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