¿Cuánto por un TLC?

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FIDELIO DESPRADEL

Excúsame Pavel Isa, pero voy a utilizar tu magnífico trabajo: ¿Un TLC por Cuanto?, publicado en espacio pagado, en el Hoy del lunes 22 de noviembre. ¡Excúsame! Resulta que un «inocente» estudio, contratado por ADOZONA, con la empresa Nathan Associates, bajo contrato de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID), determina que: «el fin de las cuotas de importaciones desde Asia (que entra en vigencia en el 2005, F.D.), sumado a los efectos de la reciente crisis macroeconómica, resultaría en una perdida de unos 48,268 empleos en las empresas de confecciones de zonas francas.»

Y continua planteando el mentado estudio, como si estuviera planteando la «salvación» de los dominicanos y dominicanas, que: «si entra en vigor el DR-CAFTA (o TLC, F.D.), el país podría proteger 23,345 de esos empleos.»

Es vergonzoso y muy aleccionador la cantidad de pulgadas cuadradas en los diarios, de segundos en cuñas y comentarios en la televisión y radio, la inmensa cantidad de comentarios en programas de panel, dedicados a machacar la idea de que en las zonas francas y en el TLC (o DR-CAFTA) esta «la salvación» de nuestra Nación. ¡Vergonzoso y Aleccionador!. ¡Aleccionador y vergonzoso es también el denso silencio sobre este tema, de la casi totalidad de aquellas personas que, teniendo el control de casi todos los programas de panel y/o el monopolio de la atención de la prensa y de una parte de la opinión del país, prefieren «voltear la cara» y dejar que los leones se coman vivo a la pobre oveja dominicana.

Pavel Isa no incursiona en estos niveles de critica, pero, con un valor digno del mayor apoyo y solidaridad, se pregunta implícitamente: ¿Qué hacen, mientras tanto, la totalidad de los sectores agropecuarios, responsables, no de decenas de miles de empleos, sino de «500 mil empleos», según las cifras de Pavel. Y digo según las cifras de Pavel, porque ya he planteado en muchos foros y discusiones, algunas de las cuales con el propio Pavel, que en las cifras del empleo agrícola no se incluyen los centenares de miles de empleos que genera la pequeña y muy pequeña producción agrícola, que se queda, casi en su totalidad, en lo que se ha denominado como consumo familiar, y cuyas fuentes de empleo no entran en las estadísticas oficiales.

He planteado hasta la saciedad, junto a personas como Milton Martínez, que «la pequeña producción no es necesariamente improductiva» y que el abandono a que ha sido sometido el pequeño y muy pequeño productor agrícola, por parte de todos los gobiernos habidos en el país, es uno de los tantos crímenes que estos han venido cometiendo contra la Nación.

Pero lo que me interesa destacar es lo que esta implícito en el trabajo de Pavel Isa: ¿Qué dicen los productores agrícolas (pequeños, medianos y grandes), responsables de mas de 500 mil empleos (no de 23,000), y columna vertebral de cualquier política de Soberanía Alimentaria? Y agrego tres preguntas incluidas explícitamente en el trabajo de Pavel: ¿Compensan esos 23,000 empleos los costos de someter a la agricultura dominicana, que genera 500 mil empleos, a los embates de los multimillonarios subsidios en los Estados Unidos, mientras apenas recibimos beneficios de ese país para el 0.2% de nuestras exportaciones de origen agropecuario? ¿Estamos dispuestos a comprometer a los sectores azucarero y arrocero, y a los productores de habichuelas, por esos 23,000 empleos? ¿Estamos dispuestos a comprometer el 34% de los ingresos tributarios (aranceles y Comisión Cambiaria) por esos puestos?

Pavel incursiona, además, en un balance de los altos costos políticos que ha pagado la Nación por la política propensa al dichoso tratado con los Estados Unidos (TLC o DR-CAFTA).

Y termina planteando» ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por defender esos (23,000, F.D.) empleos? Llamando al país, a que imite a ADOZONA, planteando cada quien sus «números» y «balance».

Y aprovecho del magnifico trabajo de Pavel para plantear otras interrogantes:

¿Hasta cuando el sector productivo nacional (el verdadero sector productivo) va a seguir en la pasividad a la que lo ha empujado el modelo que lo estrangula?

¿Hasta cuando vamos a seguir calificando como «serios» y «honorables» a ese conjunto de «formadores de opinión» que callan, «a posta», ante todas estas ignominias?

¿Hasta cuando vamos a seguir calificando como «serios» y «honorables» a congresistas que solo defienden, a través del «maletín», de las «contratas», ONGs, y demás «facilidades» del Estado, su interés y prosperidad, en detrimento de los intereses de la Nación y de las mayorías?

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