La profesión docente y los aumentos de salarios

La profesión docente y los aumentos de salarios

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Al final de la tiranía trujillista, iniciada en 1930, menos del 4% de los maestros en ejercicio era  titulado, la mayoría de ellos en profesiones que poco o nada tenían que ver con el ejercicio docente. En tiempos de Trujillo, la docencia de las escuelas primarias y de los liceos secundarios estaba a cargo de personas no calificadas para ese menester. Claro está, que había sus excepciones.

En la llamada “era de Trujillo” la impartición de docencia no era más que un oficio muy mal remunerado. Los refraneros de esa época, aludiendo a las condiciones de vida de quienes lo ejercían, solían exclamar: “paso más hambre y tengo más necesidades que un maestro de escuela”. Hoy, la formación y el estilo de vida de los docentes en servicio son muy distintas a las de antes: más del 80% de nuestros profesores posee un título universitario del ramo, y entre ellos se cuenta por centenares los que han cursado estudios de post grado en universidades nacionales y extranjeras.

El país tiene uno de los índices de docentes titulados más alto de la América española. Más de una veintena de instituciones dominicanas de educación superior ofrece la carrera educación en sus diferentes modalidades. Aquí, la oferta de profesores titulados ya sobrepasa la demanda de estos, lo que nos obliga a  celebrar concursos de oposición para llenar vacantes a puestos docentes. Sin embargo, persisten las quejas en torno al  desempeño de los maestros en el aula. También, en cuanto a sus  conocimientos de las asignaturas que enseñan. No debemos angustiarnos ante esa realidad. 

Como lo expresa el cineasta Jimmy Sierra: “La historia se escribió así” Si así fue como se  escribió la historia, tomádmele en cuenta a la hora de remover los obstáculos que limitan nuestras iniciativas de llevar a cabo con éxito una reforma sustancial de nuestro sistema de instrucción pública.

El mejoramiento  de las condiciones de vida y de trabajo de los maestros debe figurar entre las prioridades del proceso de reforma de nuestro sistema de instrucción pública que lleva a cabo el gobierno del presidente Danilo Medina. Dicha iniciativa debe de estar fundamentada en enfoques contextuales e integrales. Al efecto, el Ministerio de Educación acaba de anunciar la puesta en marcha de un denominado Plan Integral de Incentivos Salariales para Maestros (lo de maestros y maestras sale sobrando).

Dicha iniciativa fue inmediatamente rechazada por los dirigentes de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), quienes amenazaron  con recurrir de nuevo a  las consabidas manifestaciones de protestas en reclamo de un aumento de un salario base de 14 mil pesos que incluya los incentivos.

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