Líderes, hombres de fe

Líderes, hombres de fe

Siempre es oportuno hablar de la fe. Pienso que hoy más que nunca.

Fijémonos en este momento de la vida de Jesús. Precisamente cuando oró por Pedro para que fuese el líder de su grupo. Jesús pidió al Padre que Pedro sea firme en la fe y que pueda confirmar la fe en su grupo. (Lucas 22, 31).

Con las palabras bíblicas sencillas y contundentes: «No tengas miedo, ten fe»; instaba a los presentes que éstas hay que decírselas a los jefes, porque cuando un jefe tiene miedo los que trabajan con él tienen pánico.

Es vital tener fe en Dios, sobre todo en momentos de crisis.

Como también una vez Pedro le dijo a Jesús: Señor, ¿y a quién iremos sino a ti?

En la actualidad, la enfermedad que está acabando con gran parte de la humanidad es la depresión. La clave para salir de ella es contar con Dios. Es bella esta frase: «Cuando nos postramos a orar a Dios, nos levantamos con Dios».

Recordemos al pueblo de Israel, precisamente en aquéllos hombres «débiles» que se sentían incapaces de defender a su pueblo y carecían de fuerzas para pelear, Dios los bendecía en su fidelidad y vencían.

Y es que, cuando no tenemos fuerzas para pelear, la guerra ya no es nuestra, es de Dios. Y debemos dejar a Dios actuar, ya sea iluminándonos, indicándonos el camino que debemos tomar. Enfaticemos: Cuando sintamos nuestras fuerzas debilitarse, y que hay cosas que se escapan de nuestras manos, debemos ponernos siempre en manos de Dios. Él actuará.

Es más, Dios es creativo, encuentra soluciones que a nosotros no se nos ocurren. Él sabe encontrar el camino. Contemos con Dios y veremos la salvación que Él nos envía.

No debemos olvidar también en que debemos tener fe en nosotros mismos.

Hay un pasaje bíblico donde un profeta que desconfiaba de haber escuchado la voz de Dios le pedía una señal para confirmarlo, y todavía pidió una señal extra en que Dios también se le manifestó. Ver 1 Jueces 6.

Otro punto a tomar en cuenta: debemos tener fe en lo que hacemos. Pedro en una ocasión como narra el Evangelio decía con autoridad: «Voy a pescar». Y los demás enseguida dijeron: «Vamos contigo». Y a pesar de que habían pasado algunas horas y nada aparecía, perseveró y con él su grupo hasta que pescaron muchos peces, oficio de este Apostol.

Finalmente, tengamos fe en las personas que trabajan con nosotros. Jesús, nuestro Salvador y maestro decía: Ustedes harán cosas mayores. Señalaba cómo de la predicación de los doce hoy hay millones de creyentes cristianos. Nos advertía sobre la tentación de la desconfianza ante la traición de alguien, sin embargo, debíamos imitar a Jesús quien, traicionado por Judas (uno solo), no se desanimó en el proyecto de salvación de la humanidad.

¡La fe es la clave!

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