No nos acostumbremos

<P>No nos acostumbremos</P>

Leer la prensa, ver y escuchar televisión y radio dan un panorama de lo que ocurre en el país, día a día. Quizá porque seguimos de cerca los acontecimientos, de aquí y allá, se nos va endureciendo el alma, como si hubiésemos criado y amamantado, cuidado y respetado un callo de difícil extracción: la costumbre.

A diario nos enteramos de que un marido despechado o celoso asesina a su mujer, dispara o agrede a otro familiar de la víctima y se suicida o lo intenta. En ocasiones una que otra mujer mata al hombre abusador y faldero.

Los asaltos y atracos, los robos y las violaciones están a la orden del día. No los contemos, son tantos que nos alarmarían. En el día a día uno no acumula, no cuenta cuántos actos delictivos se cometen en el país en una semana, en un mes.

Falta autoridad, decisión política y planes a largo plazo y soluciones a corto y mediano plazo.

No quiero comparar la nación con un enfermo lleno de llagas purulentas que no se puede sostener sin que deje en nuestras manos la contaminación de su enfermedad. Pero, alguien tiene la obligación de enfrentar los problemas en su familia, en su casa, en su barrio, en su ciudad, en el país.

La falta de unidad con propósitos claros es parte del problema. En estos días hay noticias que copan los titulares:

-Que si fue un acumulo lo de Manny Ramírez;

-Que Alex Rodríguez volvió a batear jonrones día tras día;

-Que si Pedro Martínez (el Grande) volverá a Grandes Ligas;

-Que si el admirado Big Papi volverá a brillar por sus muchos y largos jonrones;

-Que a quién o quiénes realmente conviene el pacto Leonel-Miguel, no entre PLD-PRD;

-Que si las deudas con los generadores de electricidad son las causantes de los desagradable y costosos apagones;

-Que si contribuirá a la dinamización de la economía dispensar de impuestos los insumos a la construcción;

-Que si Rolando Florián Feliz fue asesinado…

La noticia que no veo destacada, comentada, manoseada, es la de los dos estudiantes de un colegio de Santiago, ahogados en un río de Jarabacoa mientras participaban en una gira organizada por su escuela.

Una información publicada en este diario se consignaba que la gira contaba con incentivos especiales para quienes participaran en ella: una de esas gratificaciones era que el estudiante que asistiera sería premiado con 40 ó 50 puntos, no se dijo en cuál o cuáles materias.

Después de eso, ciertamente, estamos jodidos. ¿Vamos a permitir que se continúe por ese derrotero?

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